Una nueva fotografía tomada por los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional muestra el grado en que el lago Fitri, en el sur del desierto del Sáhara, en Chad, ha disminuido. La sequía es consecuencia del cambio climático.
El lago Fitri es un lago que los científicos llaman «terminal» ubicado en el sur del desierto del Sáhara. Los desiertos reciben pocas precipitaciones, los ríos que los atraviesan a menudo no pueden llegar al mar y acaban su vida en las depresiones en la superficie de la tierra. Ahí es donde se forman los lagos.
Los astronautas en la Estación Espacial Internacional tomaron la fotografía que se puede ver arriba en enero de 2012. Se puede observar la marca del agua en el centro, con un anillo de lodos de color marrón más oscuro. En el fondo del lago, la vegetación quemada.
El río, por lo general, seco, Wadi Batha, desemboca en el lago Fitri desde el este (la parte superior de la imagen). Con el tiempo, el flujo de agua en Wadi Batha ha creado un gran delta. El lago tiene 23 kilómetros de largo. Tanto el lago como sus alrededores han sido declarados, por la Convención de Ramsar, como humedal de importancia internacional.
La imagen revela evidencias de un cambio climático significativo. Numerosas curvas amplias, con forma de antiguas playas, situados a muchos kilómetros de la costa actual. Los lagos interiores son especialmente sensibles al equilibrio entre la cantidad de agua que llevan los ríos de los que se alimentan y la evaporación.
Las dunas indican que el lago ha estado casi o completamente seco en varias ocasiones durante el pasado, con la suficiente frecuencia para que las dunas sean de muchos kilómetros de longitud y varios metros de altura.
Una prueba gráfica, visual, del cambio climático y el avance de la desertificación en la región.