El daño de la sequía es mayor por la incapacidad política


Época de sequía. Los políticos se lamentan de la mala suerte del país, cuando la culpa de la situación es de su incompetencia. No es su culpa que no llueva, pero sí la de no tomar las medidas necesarias cuando ocurre. La organización ecologista Greenpeace es muy crítica a este respecto y ha pedido al Gobierno de España que «deje de lamentarse por la falta de lluvias» y establezca un modelo energético que ayude a afrontar la sequía y contribuya a frenar los efectos cada vez más evidentes del cambio climático. Esta sequía no va a ser algo puntual. Será la tónica general en los próximos años, así que mejor estar preparados.

Greenpeace ha subrayado, además, que algunos de los efectos del cambio climático son la disminución de las precipitaciones y la intensificación de los periodos de sequía. Por tanto, la única solución es tomar medidas urgentes para frenar la emisión de gases de efecto invernadero, apostando por un cambio en el modelo energético actual y, de esta forma, ayudando a mitigar el cambio climático.

A este respecto, Greenpeace señala que los últimos datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) indican que el trimestre diciembre 2011-febrero 2012 ha sido extremadamente seco, con lluvias un 30% menores que las lluvias medias del trimestre.

Ante estos efectos cada vez más graves y cada vez más patentes, las administraciones han hecho «poco o nada» para luchar contra la excesiva demanda de recursos hídricos en España, el robo y el desperdicio de agua y la contaminación. El coste de esta inacción, no sólo es económico, sino también ambiental, amenazando la soberanía alimentaria, los ecosistemas y la salud.

Nunca antes en la historia de la humanidad nos hemos tenido que enfrentar a una amenaza global como el cambio climático. Hay dos caminos para afrontarla. El primero, actuar ya, combatir el problema sin excusas y sin aplazamientos. La otra opción es dejar que las futuras generaciones asuman el coste de nuestra pasividad.

En países secos como España, se debe optar por una política energética basada en las energías renovables, y en el ahorro y la eficiencia energética. Paro parece que el camino de las administraciones públicas es otro: autoriza prospecciones de hidrocarburos en Canarias y no restringe la extracción de gas no convencional (por medio del método conocido como fracking).

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