Este país es un desastre por varias razones. En España tenemos las condiciones ideales para apostar por la energía renovable para salir adelante, pero los intereses económicos priman y se cometen barbaridades que van en contra del medio ambiente y fomentan el cambio climático.
Lo económico no debería ser lo esencial
Una de ellas es el simple hecho de apostar por el carbón en las plantas térmicas de producción eléctrica por los bajos precios de los derechos de emisión, que ahora mismo están en 7 euros la tonelada de CO2 no emitido.
Los datos provisionales nos permiten hablar de un incremento de las emisiones de CO2 a lo largo de 2014. Estamos hablando de unas décimas más en sectores como el industrial y el energético, dos de los que deberían dar ejemplo. Es una lástima que así sea porque a lo largo de 2013 se redujeron en un 9%.
El carbón recibe demasiadas subvenciones y eso hace que no sea atractivo apostar por tecnologías más limpias y seguras desde un punto de rentabilidad. En abril las emisiones de CO2 crecieron un 55% respecto al mismo mes de 2014, y la culpa la tiene sobre todo la quema de carbón.
Vamos por mal camino, y no somos los únicos
Raquel García Monzón, técnico de energía de WWF España, no puede creérselo y augura que no vamos a cumplir con los objetivos climáticos fijados para 2020:
Vamos contracorriente y seguimos apostando por las energías más contaminantes, como el carbón, que aumentan las emisiones totales y nos alejan del cumplimiento de los compromisos climáticos para 2020.
Un informe del Banco Mundial ha revelado que los mercados de carbono están creciendo en todo el mundo. A nadie le importa las consecuencias negativas y por eso siguen en activo para incredulidad de quienes pensábamos que habíamos evolucionado.
Es muy seria la situación del cambio climático, la humanidad debe estar mejor informada para poder evitar las malas acciones,para los que ya lo estan,tomar conciencia y trabajar por un mundo mejor.
Es una pena que siempre primen los intereses económicos. Cuando queramos reaccionar será demasiado tarde.