En 2021, entró en vigor una nueva normativa eléctrica importantísima para todos los hogares españoles: la llamada Tarifa de luz 2.0TD. Como bien sabrás, su principal novedad es la reordenación de los tramos horarios, pasando a ser mucho más económicos los tramos nocturnos y los de días no laborables (fines de semana y festivos). Pero, ¿ayuda también esta nueva tarifa a combatir el cambio climático? Esa es una pregunta que tratamos de responder en las siguientes líneas.
Sí, aunque solo sea un granito de arena
En líneas generales, se puede decir que la Tarifa de luz 2.0TD es un pequeño granito de arena para combatir el cambio climático. No obstante, se trata solo de una medida más, así que para lograr ese gran objetivo hacen falta otras muchas, que deben ser todavía más ambiciosas. En cualquier caso, se puede decir que ayuda a combatir el cambio climático por las siguientes dos razones:
Propicia el consumo responsable
La Tarifa de luz 2.0TD incita a la ciudadanía a realizar un consumo más responsable de su electricidad. Por una parte, anima a los consumidores a utilizar sus electrodomésticos, en la medida de lo posible, en los tramos horarios más baratos. Y por otra parte (y esta es la consecuencia más ligada con la mitigación del cambio climático), propicia un ahorro en el consumo energético durante el resto de tramos horarios, cuando el consumo eléctrico más caro pero inevitable: al tener un coste mayor, el usuario se siente más proclive a tomar medidas de ahorro, como un consumo menor o la renovación de los antiguos equipamientos por otros más eficientes.
Recordemos que el ahorro energético es una medida importante para combatir el cambio climático porque, aunque no se emiten gases de efecto invernadero durante el consumo final, sí se producen ese tipo de emisiones en la fase de producción, por ejemplo, en centrales térmicas, que aún siguen ocupando un porcentaje importante en el mix energético español.
Propicia la libre competencia
Por otro lado, esta nueva normativa tiene efectos importantes sobre el precio de la luz. Y eso no solo afecta a los usuarios, sino también a las productoras y a las distribuidoras. ¿Por qué? Pues sobre todo porque propiciará que haya mayor competencia en el sistema energético y, a su vez, que esas empresas se vean obligadas a ser más transparentes. Esos dos factores (mayor competencia y mayor transparencia) son dos aspectos que algunas asociaciones ecologistas reclaman como condiciones necesarias para fomentar un mercado energético favorable al ahorro energético y al consumo responsable.
En definitiva: la Tarifa de luz 2.0TD no es una solución mágica al problema del cambio climático, ni mucho menos, pero sí está en línea con los objetivos marcados por la Unión Europea en materia energética, según indicaba en un reciente artículo: “para tener éxito en limitar el calentamiento global, el mundo necesita con urgencia utilizar la energía de manera eficiente”.