La burbuja de carbono


La organización Carbon Tracker Initiative advierte de que se puede producir lo que han llamado una «burbuja de carbono». Muchos inversores y empresas tienen dinero o activos en empresas que elaboran o comercian con combustibles fósiles o en compañías que dependen de éstos para su supervivencia. Por tanto, si se produce una verdadera revolución energética y el petróleo deja de usarse, un efecto dominó en una economía que depende, no sólo en la práctica, sino también financieramente, del uso del petróleo y sus derivados, puede hacer explotar una burbuja económica, con lo que podría producirse una nueva crisis o recrudecer la que ya existe.

La cuestión es que hay más combustibles fósiles en el mercado de valores del mundo de lo que el planeta y la economía pueden utilizar. O, si se quiere expresar de forma más exacta, de lo que pueden soportar. Los científicos están hartos de advertir sobre los efectos catastróficos que se producirán si la temperatura de la superficie terrestre se eleva más de 2º C a causa del cambio climático y la quema de combustibles fósiles es la máxima responsable del fenómeno.

Las reservas que se conocen de este tipo de combustibles en el mundo son cinco veces mayor de lo que se debe quemar si se quieren reducir las posibilidades de que las temperaturas pasen ese catastrófico umbral de 2 grados centígrados de margen. Hay mucho dinero invertido en ese sector. Empresas de carbón, petróleo y gas obtienen nuevo capital en los principales mercados financieros de todo el mundo para seguir explorando nuevas reservas. Entre otros, fondos de pensiones e inversores institucionales están apoyando con su dinero que se siga haciendo negocio. Y, lógicamente, querrán sacar un beneficio. En otras palabras, necesitan que se sigan quemando combustibles fósiles para recuperar lo invertido. Y, si no ocurre así, debido a las conexiones financieras, la economía mundial puede echarse a temblar.

El asunto es complejo. Una gran empresa no sólo es lo que hace, lo que produce, el bien o servicio que ofrece a la sociedad. También es donde invierte. Y muchas invierten en petróleo y gas. Habría que hacer públicos estos datos para saber qué empresas están contribuyendo, aunque sea indirectamente, al cambio climático global e irreversible.

Existe un informe en el que se muestra una lista con las doscientas principales empresas según las reservas de carbón estimadas, que representan alrededor del 27% de las reservas probadas del mundo y basada en el potencial de las emisiones, dejando el restante 73% de las reservas en manos privadas o del gobierno. Esas emisiones que aún no se han producido y que no se deberían producir es dinero para las empresas y sus inversores.

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