Los científicos no dejan de buscar datos que ayuden a predecir las consecuencias del cambio climático para los próximos años. Una de las variables que se pueden tener en cuenta es la actividad solar y, según las últimas previsiones, ésta podría disminuir en los próximos años. Este factor podría suponer una atenuación del calentamiento global del planeta. Con todo, los científicos recuerdan que el aumento de la temperatura global provocado por la actividad humana aún resultaría preocupante.
Blanca Mendoza y su equipo de investigación han analizado cuál será la actividad en el ciclo solar 24, que apenas comienza, y del 25, que dura desde el año 2020 hasta el 2029. Tras este estudio han encontrado evidencias de que, en los últimos diez años, el sol ha podido influir en el clima terrestre, especialmente en épocas de alta o baja actividad. Se refieren, en concreto, a los periodos como miden los ciclos solares, esto es, decenas de años.
Precisamente estos ciclos tan largos de tiempo no ayudan a que las predicciones sean exactas. Pero, según las proyecciones de la profesora Mendoza y su equipo de colaboradores, debido a la baja actividad solar, el aumento previsto en la temperatura de la Tierra puede ser hasta un 40% menos de lo esperado. Esta suposición rebaja las catastróficas que prevén algunos de los peores escenarios que se barajan respecto al cambio climático. Pero, como la propia Mendoza ha dicho, esto no quita para tomar medidas para que la actividad humana deje de alterar el medio ambiente.
Además, la académica ha señalado que el estudio se basa en modelos y no en mediciones y hechos, y no se puede, por tanto, predecir con una absoluta certeza que el sol vaya a entrar en un periodo de baja actividad. Aunque sí existen indicios de ello. Por tanto, hay que tener en cuenta esta investigación, pero sin tomarla como un hecho irrefutable.
La mayoría de previsiones sobre este asunto vaticinan que la emisión de los gases de efecto invernadero causarán un aumento de la temperatura media del planeta entre 1,8 y 4 grados centígrados en el presente siglo XXI. Los pronósticos más pesimistas llegan hasta un aumento de 6,1 grados.