El calentamiento global nos la tiene jugada. No sólo hará subir de forma progresiva las temperaturas de los océanos, éstos también verán disminuir su contenido de oxígeno disuelto en el agua, lo que supondrá una paralela reducción del tamaño de los peces, advierte un estudio canadiense.
Literalmente, los peces dejarán de crecer al ritmo en el que lo han hecho hasta ahora, es decir, quedarán empequeñecidos, y el fenómeno afectará de forma más acusada a las especies de mayor tamaño.
El motivo que subyace en este cambio de tamaño no es otro que sus necesidades energéticas, claves a la hora de determinar sus medidas. Por lo tanto, si el entorno no les ofrece esos nutrientes que necesitan (y el oxígeno es uno de ellos), el organismo de los peces reacciona dejando de crecer.
Esta es al menos la reacción que esperan los investigadores de la Universidad de British Columbia, en Vancouver: «Un océano más cálido y menos oxigenado dificultará la tarea de los peces más grandes, y eso significa que dejarán de crecer antes», dice Daniel Pauly, uno de sus autores.
En concreto, tras estudiar más de 600 especies marinas, como el bacalao, el halibut o el lenguado, se prevé una disminución de entre el 14 y el 24 por ciento entre 2001 y 2050. Son cambios que se han estimado teniendo en cuenta un escenario realista, es decir, considerando que se da un rápido aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, tal y como ocurre actualmente y como todo indica que seguirá ocurriendo en el futuro.
Mutatis mutandis, estas predicciones equivalen a un adelgazamiento de un ser humano que pesa 77 kilógramos de 10 a 18 kilógramos. Un gran cambio que también afectará, por un lado, al equilibrio y funcionamiento de los ecosistemas y, lógicamente, también a las capturas pesqueras.