Cambio climático, renovables, Obama y Romney


Demócratas y Republicanos se disputan ocupar el sillón de presidente de la Casa Blanca para dirigir el país más poderoso del mundo. Obama y Romney se encuentran en campaña presidencial y sus ideas sobre el cambio climático, el uso de las renovables, la dependencia del petróleo y otros combustibles fósiles, y el medio ambiente en general son muy diferentes. (Empezando por que parte del Partido Republicano niega el cambio climático o su origen antropogénico).

El actual presidente, Barak Obama, y candidato por el Partido Demócrata, no habla a menudo del asunto. Pero sí lo hizo en la Convención Nacional Demócrata. Allí aseguró que su plan era seguir reduciendo las emisiones de carbono que está calentando el planeta, porque el cambio climático no es un engaño. Hay más sequías, inundaciones e incendios forestales y todo ello «representa una amenaza para el futuro de nuestros hijos». Como se suele decir, el primer paso para resolver un problema es reconocerlo.

Una actitud muy diferente a la del candidato republicano, Mitt Romney, que se toma a broma el cambio climático, según se desprende del discurso que pronunció en la Convención Nacional Republicana, donde dijo cosas como: «El presidente Obama se ha comprometido a frenar la subida del agua de los océanos y respetar el planeta. Mi promesa es ayudarle a usted y a su familia». El público rió la gracia. Para los Republicanos el calentamiento global es cosa de chiste.

Obama quiere apostar por la eficiencia energética y por el desarrollo de las renovables. A su ritmo, sin firmar el Protocolo de Kioto, desde el punto de vista del modo de vida norteamericano, pero quiere hacerlo. Obama quiere que los combustibles sean más eficientes y se recorran más kilómetros con la misma cantidad de combustible.

Además, se siente orgulloso de haber duplicado el uso de las energías renovables y de que miles de estadounidenses tengan trabajo gracias a las energías renovables, a las turbinas de viento, a las baterías que almacenan energía y a las placas solares.

Dependencia del petróleo

No en vano, en el último año, Estados Unidos redujo las importaciones de petróleo en un millón de barriles por día, más que cualquier otro gobierno en la historia reciente. De este modo, se reduce el déficit público. Las renovables son buenas para la economía nacional. En la actualidad, Estados Unidos es menos dependiente del petróleo extranjero que en cualquier momento desde hace dos décadas.

Eso no significa que Obama no vaya a permitir que las compañías de petróleo sigan extrayendo el sucio combustible. Pero sí que, «a diferencia de mi oponente, no voy a dejar que las compañías petroleras controlen el plan de energía de este país o pongan en peligro nuestras costas». Obama se enfrenta a uno de los grupos de presión más fuertes de Estados Unidos.

En definitiva, los Demócratas tienen como objetivo generar el 80 % de la electricidad a partir de fuentes de energía limpia para el año 2035, una ambiciosa mejora respecto al propio programa que el partido presentó en 2008, cuando se propuso el 25 % para el año 2025.

Romney, por su parte, no propone ningún objetivo específico para el desarrollo de las energías renovables. Es más, en el programa del Partido Republicano la palabra «renovable» aparece sólo una vez en un contexto favorable, en términos estratégicos, mientras que las palabras «solar» y «viento», en la mayor parte de las ocasiones, aparecen en contextos negativos.

Cada candidato habla para su público, para su electorado y para un pequeño porcentaje de votantes indecisos. No hablan para el resto de habitantes del planeta, ni siquiera para todos los ciudadanos estadounidenses. Quizá lo que dice Romney es lo que quiere oír el electorado republicano. Pero la percepción sobre los cambios en el clima ha cambiado también en este grupo. Muchos han perdido sus viviendas o sus cosechas por los incendios de este verano, mientras que la gran sequía del Medio Oeste ha echado a perder muchos cultivos. Al país más poderoso del mundo también le afecta el cambio climático y sus ciudadanos lo están pagando.

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