El último número de la revista Nature se hace eco de un interesante estudio que consigue demostrar una relación causa efecto entre el aumento de oxígeno oceánico producido tras un cambio climático extremo y la evolución animal temprana hace 635 millones de años.
El estudio de unas rocas ricas en materia orgánica del sur de China ha permitido a unos científicos estadounidenses aportar pruebas concretas que suponen una evidencia de que la evolución temprana fue provocada por un tremendo aumento en los niveles de oxígeno disponibles en la atmósfera.
Esta dramática oxigenación se produjo, según el estudio, después de un cambio climático importante, hace alrededor de 635 millones de años. Al menos así se puede constatar en el registro fósil, que nos indica que hubo una eclosión del número de animales y algas.
La oxigenación ocurrió después de una glaciación, que supuso el fenómeno climático más grave de la historia de nuestro planeta, y este trabajo es la primera prueba de ello. Además, este océano oxigenado fue lo que permitió la diversificación animal temprana.
Asimismo, los investigadores creen que esta inyección de oxígeno se debió al aumento de nutrientes disponibles después de la glaciación, que llevarían a la liberación de grandes cantidades de este gas, medido gracias a la presencia de metales traza y los isótopos de azufre, ambos marcadores fidedignos de la presencia y de los niveles de oxígeno que hubo en el lejanísimo momento estudiado.
Afortunadamente, estas conclusiones permiten confirmar lo que, hasta ahora, sólo era una hipótesis sobre la cuestión. A partir de ahora, la ciencia seguirá debatiendo sobre el asunto de forma apasionada, como ha venido haciéndolo hasta ahora, pero ya con una prueba fehaciente del fuerte aumento de oxígeno y de su relación con la evolución o diversificación animal temprana.