Es obvio que la actividad humana ha causado un aumento de las temperaturas en las últimos décadas y en todo el mundo. Pero, ¿cuánto ha sido ese aumento? ¿Y qué regiones han sido las más afectadas?
Según un estudio pionero con simulaciones y reconstrucciones climáticas de los últimos 500 años publicado en el último número de Nature Geosciences y en la que ha participado la Universidad Complutense de Madrid (UCM), el ascenso de las temperaturas en invierno desde el año 1700 se atribuye en gran medida al aumento de las concentraciones de efecto invernadero originadas por la actividad humana.
El trabajo ha sido liderado por la Universidad de Edinburgo, y han colaborado, además, la Universidad Justus-Liebig de Giessen, la Universidad de Berna y la Universidad Complutense. Esta última ha participado con el análisis y suministro de los datos de simulaciones realizadas con modelos del clima para el último milenio.
En el estudio se han tenido en cuenta tanto datos climáticos actuales como datos procedentes de observaciones instrumentales antiguas, obtenidos con aparatos usados en el siglo XVII y XVIII, así como información registrada en documentos históricos. Los científicos no pueden trabajar de otro modo, ya que los aparatos fiables de medición de clima sólo existen desde hace 150 años.
También se han tenido en cuenta los efectos de factores externos, como las causas naturales, es decir, los cambios en la energía emitida por el sol y los registros de la actividad volcánica, cuyas variaciones afectan claramente a la temperatura del planeta. Y, por supuesto, se han valorado en los cambios en las concentraciones de gases de efecto invernadero y de aerosoles troposféricos, asociados fundamentalmente a las emisiones vinculadas a la actividad humana.
Es la primera vez que se han evaluado todos estos factores en Europa durante los últimos siglos y a escala continental. Los resultados son determinantes en cuanto a la vinculación de la actividad humana con el aumento de las temperaturas en invierno por el aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero, mientras que para el resto de estaciones, los datos no son concluyentes y requieren un mayor estudio.