El cambio climático se ha cebado con los Estados Unidos durante todo este año que ahora acaba y, tal y como se esperaba, los balances han resultado nefastos. A un total de 349 personas muertas se le suma un billón de dólares en pérdidas materiales en el 2012.
Las causas han sido diversas, incluyendo tormentas severas, huracanes, sequías interminables e incendios forestales especialemnte virulentos, que amenazaron numerosos asentamientos humanos. La sequía, por ejemplo, ha afectado a más de la mitad de los 48 Estados y ha sido la peor sufrida desde los años treinta.
Los daños provocados por el huracán Sandy y por la sequía han sido los más caros, con pérdidas que rondan los cien mil millones de dólares, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), desde donde se han contabilizado un total de 11 desastres naturales durante el periodo.
El segundo año más costoso
El 2005 fue el año más costoso desde 1980, primer año del que se tienen datos, a consecuencia de varias tormentas, entre ellas el devastador huracán Katrina. El 2012 le sigue en pérdidas económicas, si bien el 20011 fue el más devastador en muertes, con más de medio millar de personas fallecidas sólo durante la temporada de tornados.
El calentamiento global no ha sido la causa directa de estos eventos, pero sí ha exacerbado las consecuencias de todos estos fenómenos meteorológicos extremos. Además, se le añaden factores socioeconómicos, como el aumento de la población, tal y como advierte Jake Crouch, climátologo de la NOAA. La organización publicará un informa detallado a mediados de 2013 sobre todos estos pormenores sobre los que acaba de adelantar unos cuantos titulares.
Recordemos que un reciente estudio no presagiaba nada bueno para el el este del país en un futuro cercano. Según científicos de la Universidad de Tennessee, la región seguirá padeciendo sequías, olas de calor, tormentas, inundaciones, entre otros eventos extremos.