El cambio climático no podrá con la Amazonia


La selva amazónica parece tener sus propias armas para resistir el embate del calentamiento global, pues si bien el dióxido de carbono o CO2 resulta dañino por provocar sequías, igualmente se ha descubierto que también podría fertilizar las plantas a través del aire.

Tal ha sido la conclusión de un estudio realizado por la Universidad de Exeter, Reino Unido, y según se ha publicado en la revista Nature se ha logrado demostrar que el dióxido de carbono actúa como fertilizante por vía aérea.

¿Pero, qué pesará más? Si por un lado el CO2 supone una ayuda como abono, por otro está recalentando el planeta, trayendo sequías que amenazan la selva de un modo importante. Aún así, no hay de qué preocuparse, afirma el estudio, ya que los efectos positivos de la fertilización serán mayores que los negativos provocados por el aumento de las temperaturas.

Un gran sumidero de carbono

Por lo tanto, el CO2 tendría un doble efecto, dañino y destructor al mismo tiempo, pero previsiblemente la balanza se inclinará hacia el lado de la vida. «Ya no estoy tan preocupado por un marchitamiento (de las selvas) debido al CO2 provocado por el cambio climático. Nuestro hallazgo es una buena noticia», dice Peter Cox, líder de la investigación.

En el 2000 Cox encabezó un estudio que pronosticaba un declive de la Amazonia partir del 2050 por el calentamiento global. Ahora, sin embargo, ha rectificado con este nuevo acercamiento a la cuestión.

En concreto, el nuevo estudio sostiene que las plantas absorben el CO2 de la atmósfera para desarrollar sus hojas, ramas y raíces, y éste vuelve al aire cuando se pudren o se queman.


De ser acertado este pronóstico, las selvas seguirán siendo grandes sumideros de dióxido de carbono a lo largo del siglo, al menos. En términos generales, se estima que las regiones tropicales han absorbido de 500 a 1.000 millones de toneladas de CO2.

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