Los XXII Juegos Olímpicos de Invierno se celebrarán entre el 7 y el 23 de febrero de 2014 en la ciudad de Sochi, en el sur de Rusia, entre las montañas nevadas del Cáucaso y el Mar Negro. Es la segunda ocasión que unos juegos olímpicos de invierno se desarrollan en Rusia. La primera fue en Moscú, en 1980.
En el caso de Sochi, los organizadores no se fían del clima. Y es que el calentamiento global afecta incluso al deporte. Al menos, a los deportes que necesitan nieve para su adecuada práctica. Por ello, los organizadores de estos juegos olímpicos han decidido almacenar nieve.
Este año, las temperaturas han sido muy suaves y en Sochi temen que el próximo año se repitan las condiciones climáticas. Por ello, los organizadores de los juegos olímpicos han cubierto unos 450.000 metros cúbicos de nieve con un termo sellado especial para detener el derretimiento natural que se produce durante el verano.
Sergei Bachin, director de la estación de esquí Roza Khutor, en las montañas de Krasnaya Polyana, asegura que este invierno ha sido muy «particular». Ha comentado que su objetivo es asegurar que no habrá escasez de nieve el próximo febrero, aunque se vivan temperaturas más cálidas que este año, que ya han sido inusualmente altas. Los habitantes de la región no recuerdan un invierno tan suave.
Esquí alpino, snowboard…
La ciudad de Sochi, situada en el Mar Negro, fue elegida para organizar las olimpiadas frente al competidor surcoreano, Pyeongchang. La ceremonia inaugural se celebrará el 7 de febrero de 2014. Como es natural, los responsables del evento quieren que todo salga bien. Así que están tomando precauciones climáticas con un año de antelación. Por lo que pueda pasar. O, más bien, por lo que no pueda pasar: por si no nieva lo suficiente.
El complejo de deportes de invierno Roza Khutor acogerá disciplinas como el esquí alpino, el snowboard y otros eventos de estilo libre. ¿Permitirá el calentamiento global unos juegos olímpicos sin incidencias?