Casi cuatrocientos incendios han sido declarados en junio en el estado de Florida, en Estados Unidos. La temporada de incendios se adelanta así debido a la sequedad del ambiente. Casi cincuenta mil hectáreas han ardido a causa del fuego.
La División Forestal de Florida informó que, cada día, pueden iniciarse entre treinta y cuarenta nuevos incendios. El gobernador del estado de Florida se vio obligado a declarar el estado de emergencia, no sólo por los interminables incendios, sino también por el estado de permanente sequía que sufre la región. No es el único estado que sufre la sequía, pero sí el más afectado por los incendios.
El objetivo de la declaración del estado de emergencia es salvar vidas humanas y viviendas. Se teme, así mismo, que las condiciones sigan empeorando. En realidad, acaba de comenzar la temporada estival y quedan dos o tres meses de extremo calor. Por tanto, más vale estar vigilantes durante lo que queda de verano.
Uno de los incendios de mayor magnitud fue uno que se originó en Georgia, estado que linda al norte con Florida, y que se propagó hacia el sur, arrasando unas seiscientas hectáreas del estado soleado, como se conoce popularmente a Florida. También en Miami se han producido incendios. Uno de ellos ha arrasado casi treinta mil hectáreas de matorral.
La situación se sitúa muy por encima de la media de incendios por año. Entre todos los incendios declarados, seis de ellos comportan gravedad por la cercanía de casas y carreteras transitadas. La prioridad es tratar de extinguir los incendios que puedan hacer peligrar vidas humanas y destrozar los hogares de la gente.
Otro de los incendios está afectando al Parque Nacional de Okefenokee, entre los estados de Georgia y Florida. Las llamas han superado los cortafuegos y el daño medioambiental puede ser terrible. Por el momento se han quemado más de 75.000 hectáreas. Muchos de estos incendios se han originado a causa de la caída de un rayo sobre una vegetación que ha sufrido una terrible sequía durante todo el año.