Continúa el clima esquizofrénico. Hay unos 20 millones de británicos que no pueden regar sus jardines por culpa de la sequía que azota el país desde hace meses. Pero, ahora, las autoridades temen que se produzcan inundaciones.
Abril ha venido con un clima húmedo y frío. Se esperan, para estos días, fuertes lluvias. La Agencia de Medio Ambiente de Inglaterra ha emitido ocho alertas de inundaciones graves y otras 22 alertas en el sur de Inglaterra. Pablo Mott, meteorólogo de MeteoGroup, ha señalado que habrá una semana con frecuentes chubascos y lluvias persistentes. Sin embargo, este tipo de lluvia no soluciona la sequía.
Después de no ver llover en meses (en un país como Inglaterra, donde la lluvia está a la orden del día), durante este abril, se han producido precipitaciones un 175% más frecuentes de la media, un total de 94,3 mm, cuando la media está en 56,8.
La secretaria de Medio Ambiente, Caroline Spelman, ha reconocido que la lluvia no soluciona la sequía y las empresas gestoras de agua seguirán con la prohibición de riego. Sólo una lluvia suave y continuada podría solucionar la sequedad del ambiente, dando tiempo a que la tierra la pueda asimilar. La secretaria añadió que había que prepararse para la sequía en verano.
La Agencia de Medio Ambiente también ha advertido de que en algunas regiones de Inglaterra hay riesgo de inundaciones repentinas, ya que la lluvia no puede ser absorbida por los suelos secos y compactos. Serían inundaciones localizadas.
La lluvia puede ser una bendición temporal para jardineros y agricultores, pero no para el medio ambiente en general. Dos inviernos inusualmente secos de forma consecutiva no se arreglan con un par de trombas de agua. En los años precedentes, en abril, el nivel de precipitaciones fue de 11,6 mm y 30,1 mm. O llueve poco o llueve demasiado. Una locura.