Da miedo dar esta noticia, no sea que las empresas productoras de madera lo tomen como una excusa para deforestar regiones enteras. Pero el caso es que la deforestación puede suavizar los efectos del cambio climático según donde se produzca. Así se desprende de un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Yale en el que se afirma que las temperaturas superficiales en áreas sin bosques en las latitudes septentrionales son más frías debido a que la capa de nieve refleja los rayos del Sol hacia el espacio exterior.
Así, la deforestación, que, en general, siempre se ha considerado por los científicos como un efecto que favorecía el calentamiento global, en las latitudes septentrionales produce el efecto contrario, es decir, que enfría el ambiente.
La tala de árboles en la región boreal produce un efecto neto de enfriamiento, ha señalado el investigador principal y profesor de Meteorología de Yale, Lee Xuhui. La tala de árboles libera carbono a la atmósfera pero, por otro lado, aumenta el efecto albedo, es decir, que refleja la radiación solar cuando ésta incide sobre el planeta.
Lee ha trabajado en colaboración con un equipo de expertos de veinte instituciones diferentes. El equipo de trabajo observó que las temperaturas superficiales en áreas deforestadas son más frías debido a que la capa de nieve refleja los rayos del Sol hacia el espacio exterior. Pero, por la noche, sin que se produzca este efecto albedo, también continúan enfriándose más rápido que los bosques. Las zonas boscosas, en cambio, absorben el calor solar y por tanto calientan la Tierra.
Este efecto de enfriamiento aumenta con la latitud. Así, cuanto más al norte se encuentre el bosque, más frío se obtiene con la deforestación, ha asegurado Lee.
David Hollinger, del Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, coautor del estudio, ha querido apuntar que el estudio se puede ver desde otro punto de vista: en los trópicos y regiones cercanas los beneficios del enfriamiento del clima proporcionado por los bosques aumentan.
En cualquier caso, nunca es una buena idea deforestar masivamente los bosques. Ofrecen muchos más beneficios que no serían compensados por ese enfriamiento.