No descubren nada nuevo, es obvio, pero siempre resulta interesante escuchar declaraciones tan contundentes, altas y claras como ésta de la ONG Foro Internacional sobre Globalización (FIG), cuyo informe presentado en la conferencia climática de la ONU, celebrada estos días en Doha, concluye que las grandes fortunas impiden que las negociaciones prosperen.
Lógicamente, además de concluir esto, la ONG denuncia que ello ocurra, pues a su juicio las políticas ambientales, al menos en Estados Unidos, están bloqueadas a consecuenica de la presión ejercida por los principales magnates.
«La concentración extrema de poder contribuye a impedir eficacia en las negociaciones sobre el cambio climático», declaró en rueda de prensa el director ejecutivo del FIG, Victor Menotti en la presentación del informe.
Koch Industries, los más influyentes
Las caras detrás de la crisis global: multimillonarios estadounidenses del carbono y el estancamiento del clima en la ONU, título del estudio, es un documento que no se queda sólo en acusaciones generales. Además, el documento señala a los principales multimillonarios estadounidenses como culpables de que la política ambiental estadounidense no sea la adecuada. En concreto, informe menciona a los empresarios Charles y David Koch, propietarios del conglomerado industrial Koch Industries, como el principal obstáculo para un avance serio y necesario.
Volviendo a la conferencia mundial de Doha (COP18), Menotti no dudó en señalar, por el mismo motivo, a Estados Unidos como «el mayor obstáculo para los compromisos multilaterales significativos para reducir los gases de efecto invernadero. El resultado es un callejón sin salida frente a la crisis global, ya que estamos hablando de una nación indispensable para la acción».
Recordemos que el FIG es organización contraria a la globalización econónica que se ha constituido mediante una alianza de decenas de activistas, intelectuales, economistas, investigadores y escritores que, a su vez, representan a 60 organizaciones en 25 países.