El calor me mata, decía la canción. Y parece que no era una figura retórica, una hipérbole. Literalmente, con el calor es más fácil que las personas mueran. De ahí las recomendaciones que se hacen desde las instituciones de salud. En España, una masa de aire de origen africano ha provocado que los termómetros superen, en algunas regiones, los 40 ºC. El riesgo de fallecimiento en días así es un 25% mayor que en los días sin calor extremo, aunque sea verano, aunque haga calor, según señalan científicos españoles. Aurelio Tobías es el director del primer estudio nacional que mide el impacto de las olas de calor sobre la salud.
La ola de calor que sufrió Europa en 2003 provocó 70.000 fallecimientos, según datos de la OMS. En España, 3.166 personas, todas mayores de 65 años, murieron ese año por el exceso de calor. Los investigadores lo califican como «un problema de salud pública emergente». Este riesgo va a aumentar por dos factores: el envejecimiento de la población y el cambio climático. Las olas de calor extremo serán cada vez más frecuentes.
El equipo de investigación ha estudiado la mortalidad diaria y las temperaturas en las 52 capitales de provincia españolas entre 1995 y 2004. Los expertos confirmaron que los días de calor extremo tienen un considerable impacto en la mortalidad diaria total en España: aumenta un promedio del 25% en los días con ola de calor.
La situación es aún peor en las grandes ciudades, con aumentos de la mortalidad del 30% en Madrid, Barcelona y Sevilla, según el estudio, que ha sido publicado en la revista BMC Public Health.
Los autores piden al Ministerio de Sanidad que reformule las temperaturas umbrales a partir de las cuales se da la señal de alerta por ola de calor y se activan los planes de emergencia. Hay que revisar los umbrales a la baja, señala Tobías.
Actualmente, en general, el Ministerio define temperatura extrema a partir del llamado percentil 95%. De cada 100 días de verano, en 94 las temperaturas máximas son más bajas que ese umbral del percentil 95%. Este método de cálculo se traduce en un límite de 40 ºC en ciudades como Sevilla y Badajoz, o 37 ºC grados en Madrid y 33 ºC en Barcelona.