Las turberas gallegas frenan el cambio climático

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Una investigación científica ha permitido constatar que las turberas gallegas ayudan a frenar el cambio climático. La clave está en que estos humedales son los que más dióxido de carbono retiran de la atmósfera y no solo en España, sino en todo el mundo. Un ecosistema que tiene su valor y que ha sido estudiado en la Universidade de Santiago de Compostela.

El estudio

Las turberas se definen por ser humedales que han acumulado restos vegetales durante miles de años. En el caso de Galicia, estos ecosistemas tienen un espesor de hasta ocho metros de profundidad, lo que facilita tener acceso a información de hasta unos 12.000 años.

Y esta particularidad es clave para poder estudiar los cambios que se han producido en el clima en las diferentes etapas. Además, estas turberas también han sido el foco de una nueva investigación que ha vuelto a poner de manifiesto su valor.

Y es que se ha comprobado que las turberas gallegas son las que más dióxido de carbono retiran del mundo. Una característica que comparten con la India, que también registra esta mayor absorción de carbono.

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Las turberas gallegas, que suman una extensión de alrededor de 10.000 hectáreas, realizan así una función muy importante, ya que actúan como un auténtico “sumidero”, siendo a su vez uno de los mayores reservorios de carbono.

Una función que se calcula que podrían desempeñar hasta el año 2100. No obstante, aunque las turberas ayudan a frenar el cambio climático, la situación podría cambiar si sigue avanzando. Y es que la investigación apunta la posibilidad de que expulsen más CO2 del que acumulan conforme vaya avanzando el cambio climático.

Por este motivo, inciden en la necesidad de cuidar y preservar estos humedales para que no se produzca esa liberación de dióxido de carbono y las turberas puedan seguir acumulando el CO2.

La razón

Esta situación puede estar relacionada con el clima gallego, que se caracteriza por ser oceánico y húmedo. Precisamente, estos humedales dependen de la humedad, que facilita que la materia orgánica que albergan no se mineralice rápidamente.

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