La marca de calzado Timberland está llevando a cabo una política de responsabilidad social que trata de reducir la huella de carbono de la empresa y contribuir así a la mitigación del cambio climático. El compromiso de la reducción de la huella de carbono tiene más sentido en una empresa como ésta, ya que venden varios modelos diseñados para disfrutar de la naturaleza.
Timberland ha logrado una reducción de las emisiones absolutas de un 38% en sus instalaciones, operaciones y el transporte aéreo respecto a los niveles de 2006. Este resultado se ha conseguido reduciendo la demanda de energía, invirtiendo en eficiencia energética y comprando energía renovable.
En la sede central, ubicada en New Hampshire, Estados Unidos, se han hecho una serie de reformas como la instalación de un techo blanco, de iluminación más eficiente y de sistemas de mejora energética, consiguiendo una importante reducción en la demanda de energía y, por tanto, también del coste asociado, de más de un 8%.
Otros centros de Timberland distribuidos por todo el mundo, algunos de Estados Unidos y otro en Enschede, Holanda, generan o compran energía renovable de modo que se reduce considerablemente la huella de carbono. Además, las nuevas tiendas Timberland están diseñadas y construidas de acuerdo con las normas de certificación LEED y usan una media de un 30% menos de energía.
El crecimiento supone un problema
El problema al que se tiene enfrentar la empresa es al crecimiento. Abrir nuevas tiendas supone gastar más energía (y más recursos, en general). Esto implica, así mismo, un aumento en los viajes por avión de algunos empleados, lo que dificulta la reducción de la huella de carbono. No es fácil crecer de forma sostenible. (De aquí surge la teoría económica del decrecimiento.)
Enfrentándose a algunos desafíos, como el citado anteriormente, Timberland anuncia que no cejará en su empeño de reducir la huella de carbono hasta un 50% para finales de 2015. Por otra parte, la empresa trabaja para involucrar en este compromiso a sus socios de fábrica, proveedores de materiales e, incluso, los propios clientes.