El cambio climático es un problema global de tal envergadura, afecta a todo el planeta y las fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero parecen no ir a detenerse nunca. O, al menos, no a tiempo como para poder evitar un empeoramiento de la situación que resulte insostenible para la humanidad.
Sin embargo, a pequeña escala también se puede combatir este problema. Si bien es cierto que un grano no hace granero, como bien dice la sabiduría popular, ayuda al compañero. Y, pese a que los grandes contaminadores y el actual modelo económico, basado en las energías fósiles, es el principal causante de este problema, también a nivel personal pueden hacerse muchas cosas.
Pequeños grandes gestos cotidianos
Con todo y con eso, cada uno de nosotros tiene el poder de cambiar las cosas, al menos en lo que a él mismo respecta. Y no solo eso, porque además de reducir la huella de carbono con gestos eco amigables, éstos son una forma eficaz de predicar con el ejemplo. Servirá de lección de vida a los peques de la casa, y quizá animemos a familia y amigos a hacer ellos también lo propio.
En la práctica, nuestra contribución se puede reflejar en un sinfín de pequeñas cosas, como desplazarnos de forma más sostenible (optando por la bicicleta, por ir caminando, por tomar el transporte público…), por comer menos carne o por apostar por las energías renovables en nuestro hogar, ya sean paneles de energía solar, eólica o, por ejemplo, geotérmica.
Si hemos de tomar una decisión importante relacionada con construir o comprar una vivienda, un coche o, por ejemplo, todo aquello relacionado con la alimentación, tener en cuenta las opciones verdes será una importante manera de aportar en el control del clima. Comida ecológica, con baja huella de carbono, renunciar al coche o comprarlo eléctrico o, por ejemplo, apostar por la arquitectura bioclimática.
el problemo no es el modelo economico. es los medios que engañan al pueblo y por ende mantienen ese sistema vivo.