Los suelos áridos producen más tormentas


Del mismo modo que la sangre transporta los nutrientes y el oxígeno que necesita cada parte del cuerpo de un animal o del ser humano, el agua transporta los recursos necesarios para la vida en el planeta. La Tierra tiene vida porque tiene agua. Y mucha. Por eso los científicos tratan de encontrar otro planeta donde haya agua: si hay agua, hay una pequeña esperanza de que también haya vida.

El ciclo global del agua es complicado. Y desempeña varias funciones, entre otras, el control del ciclo energético (mediante el calor latente, las diferencias de calor y temperatura entre dos regiones, lo que produce tormentas, lluvias, olas de calor…) y a través de los ciclos del carbono, los nutrientes y los sedimentos.

A su vez, los diferentes elementos de la Tierra afectan al ciclo del agua. Una reciente investigación ha descubierto, a este respecto, que los suelos cuarteados (los suelos secos, áridos) provocan tormentas vespertinas con más frecuencia. El estudio se realizó a través del proyecto WATCH (agua y cambio global, por sus siglas en inglés), financiado por el Sexto Programa Marco (6PM) de la Unión Europea.

En el equipo de investigación participaron científicos de Francia, Países Bajos, Austria y Reino Unido, bajo la dirección del Chris Taylor, del Centro de Ecología e Hidrología del Consejo Nacional de Investigación del Entorno Natural del Reino Unido (NERC). El trabajo ha sido publicado en la revista Nature.

Los científicos han estudiado distintos procesos hidrológicos en todos los continentes. Los resultados podrán mejorar los modelos climáticos globales. Se han estudiado imágenes de satélites meteorológicos capaces de registrar la formación de nubes de tormenta en todo el planeta y se establecieron relaciones entre la ubicación de estos fenómenos tormentosos e imágenes que indicaban el grado de humedad del suelo.

Columnas térmicas que forman tormentas

Ya se habían analizado tormentas en África y los científicos sabían que las nubes que portan lluvia se suelen acumular en zonas en las que no ha llovido en varios días. Se observó ese mismo patrón en otras regiones del planeta, como Estados Unidos o la Europa continental.

Los modelos climáticos actuales predicen lluvias sobre suelos más húmedos. Tanto el calor como la humedad son dos componentes básicos que dan lugar a la acumulación de nubes de lluvia por la tarde. El Sol calienta el suelo y éste, a su vez, calienta el aire, creando una columna térmica que se eleva varios kilómetros en la atmósfera. Si el suelo está seco, estas columnas térmicas son más intensas, lo que aumenta la probabilidad de que se produzcan precipitaciones.

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