Entre los acuerdos internacionales que tratan de mitigar el cambio climático se encuentra el llamado Programa de las Naciones Unidas para la Reducción de las Emisiones Derivadas de la Deforestación y la Degradación Forestal en los Países en Desarrollo (UN-REDD). La deforestación, según algunos cálculos, supone el 20% del total de emisiones de gases de efecto invernadero.
El programa REDD otorga un valor monetario a la capacidad que tiene un bosque de almacenar carbono. Sí, otra vez se mezcla la conservación del planeta con dinero. Tal vez esto sea más efectivo, siendo realistas, mientras no cambie el sistema económico en el que vivimos. Pero no hay ninguna duda de que también lo convierte en injusto. Si hay dinero de por medio, los pobres (países, grupos sociales, pequeñas empresas, campesinos…) saldrán perdiendo.
La intención de la ONU es otra, claro: el Programa UN-REDD tiene como objetivo equilibrar el balance económico en favor de la gestión sostenible de los bosques con el fin de que los bienes y servicios económicos, medioambientales y sociales que proveen beneficien a los países, las comunidades y los usuarios de los bosques, contribuyendo al mismo tiempo a una importante reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Bonitas palabras, buenas intenciones, pero este fondo climático será administrado por el Banco Mundial. Y ya se sabe cómo funciona, quién lo maneja.
Para los más críticos, este sistema puede abrir una peligrosa tendencia que privatice bosques y expulse a las comunidades que vivan en y de ellos. En otras palabras, puede convertirse en otro tipo de especulación financiera. Si los indígenas y, en general, los campesinos, los que trabajan la tierra, la sociedad civil que no pertenece al mundo financiero, al mundo de las grandes corporaciones, si todos estos grupos no participan activamente en este sistema del programa REDD, se convertirá en un sistema injusto.
En todo caso, es esencial con este método o con cualquier otro, la conservación de los bosques en todo el planeta: son hábitats de un gran número de especies vegetales y animales y fuente de recursos de millones de pueblos indígenas y comunidades forestales.