Trescientos científicos de todo el mundo se reunirán el próximo mes de noviembre en Vigo (España) para elaborar el próximo informe de evaluación del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de la ONU sobre mitigación del cambio climático. Será la única reunión del grupo que se celebrará en Europa.
Cada seis o siete años, el IPCC elabora un informe de evaluación sobre el cambio climático que se basa en investigaciones científicas, técnicas y socioeconómicas desarrolladas por miles de expertos de todo el mundo. Estos informes son elaborados y revisados de forma independiente por científicos organizados en grupos de trabajo.
Los informes del IPCC analizan las causas y efectos del cambio climático y las posibles medidas de respuesta. Además, también participan en el IPCC los gobiernos de 195 países por la importancia de las conclusiones de los informes para la definición de políticas y la negociación internacional.
La reunión de Vigo será la tercera del actual ciclo, después de las celebradas en Corea del Sur en 2011 y en Nueva Zelanda en marzo de este año. En España, se reunirán los autores principales del tercer grupo del IPCC, encargado de evaluar las opciones para mitigar el cambio climático mediante la limitación de las emisiones de gases de efecto invernadero.
A este respecto, los científicos consideran qué papel desempeñan todos los sectores económicos implicados en las emisiones: energía, transporte, construcción, industria, agricultura, sector forestal. Las soluciones propuestas incluyen un análisis de los costes y beneficios de las medidas de contención.
El quinto informe de evaluación del IPCC será publicado en abril de 2014. En esta edición se analizarán los aspectos socioeconómicos del cambio climático, sus implicaciones en el desarrollo sostenible y la gestión de riesgos, prestando una atención mayor al enfoque regional.
El primer informe del IPCC desempeñó un papel decisivo en la creación de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático. El segundo, publicado en 1995, proporcionó información científica esencial para la adopción del Protocolo de Kioto en 1997. Sólo queda hacer caso de las recomendaciones de los expertos.