El proyecto «Una tonelada de vida» quiere demostrar cuánto dióxido de carbono puede reducir una familia sin cambiar su vida diaria. La familia Lindell, una familia media de Suecia, va a servir como conejillo de Indias en este experimento que durará seis meses. El objetivo es comprobar que se puede reducir en una tonelada de las emisiones de CO2 de una persona durante un año.
Eso sí, los Lindell, para conseguir el propósito del experimento, se han tenido que mudar a una casa completamente ecológica ubicada a las afueras de Estocolmo. El proyecto está patrocinado por una constructora, un proveedor de energía y un fabricante de coches, tres de los sectores que más carbono emiten.
¿Cómo es la casa ecológica donde van a vivir los Lindell? Para empezar, su tejado está completamente cubierto de placas solares que se espera que produzcan unos 3.000 kWh de electricidad al año. Pero, además, los muros, ventanas y puertas, también están diseñados para reducir al mínimo el gasto energético. Así mismo, el porche de entrada a la casa está diseñado para que la diferencia de temperatura entre el exterior y el interior no afecte al ambiente deseado dentro.
El reciclaje es radical. No hay material que no se pueda reciclar. Además, una pantalla informa del consumo energético de la casa. En general, cada aspecto de la vida diaria ha sido analizado para poder reducir la huella de carbono, desde la alimentación hasta la ropa y los muebles. Si es necesario, la familia Lindell tendrá que prescindir de algún capricho para no generar CO2 que sobrepase los objetivos propuestos. Por supuesto, el coche de la familia es eléctrico y la casa cuenta con un cargador para repostar.
Pero el objetivo final no se encuentra pasados los seis meses del experimento con los Lindell. Lo importante es demostrar que cualquier persona puede aspirar a reducir una tonelada al año en su huella de carbono. Y todas las toneladas de todo el mundo son millones de toneladas.