Este año se ha puesto de manifiesto que, a pesar de los acuerdos y de los intentos de concienciación por parte de grupos ambientalistas, científicos, gobiernos, etc,. no se ha logrado reducir las emisiones de dióxido de carbono. Así que se busca otro camino. Estados Unidos (aunque sigue sin firmar el Protocolo de Kioto) y otros cinco países han empezado un nuevo programa para reducir otros contaminantes, como el metano, el hollín y los hidrofluorocarbonos.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, tiene previsto anunciar esta iniciativa, que tendrá una duración de cinco años. Los otros países participantes serán Canadá (que también se retiró de los acuerdos de Kioto), Suecia, México, Ghana y Bangladesh. El plan será administrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Estados Unidos aportará 12 millones de dólares durante los primeros dos años. Canadá, por su parte, contribuirá con 3 millones de dólares.
El dióxido de carbono, causado, principalmente, por la quema de combustibles fósiles, es el mayor causante del aumento de la temperatura global. Pero hay otros gases, como el metano, hollín y los hidrofluorocarbonos, que también contribuyen al calentamiento global. Se calcula que, entre los tres compuestos citados, contribuyen entre un 30 y un 40% al aumento de las temperaturas globales desde que comenzó el siglo XX.
Si se redujeran los niveles de estos gases, se podría desacelerar el calentamiento global en cerca de medio grado Celsius para el año 2030, según una investigación publicada en enero. En algún caso, además, podría tener un efecto rápido sobre el calentamiento global, ya que estos gases no perduran mucho tiempo en la atmósfera. Con todo, no hay que olvidarse de reducir también las emisiones de dióxido de carbono.
Los científicos tienen muy claro que, en el corto plazo, sí se puede frenar el calentamiento global reduciendo las emisiones de estos gases de corta duración. A más largo plazo, hay que tomar otras medidas.