Un satélite estudiará el Sol


En relación con el cambio climático se habla, sobre todo, de cómo y cuánto afectan las actividades del ser humano al planeta, y de otros factores físicos y meteorológicos. Pero pocas veces se habla de la fuente de vida: el Sol.

El Sol es una estrella, una enorme masa de calor, luz y energía que, sin duda, afecta al clima de la Tierra. El calentamiento global también depende de la estrella más cercana a nuestro planeta. El Sol en el centro del Sistema Solar y es su mayor fuente de energía electromagnética. Por tanto, se debe estudiar para comprender mejor el fenómeno climático global. Aunque no es fácil. Esta muy lejos (a unos 149.600.000 kilómetros) y cualquier aparato de observación que se acerque lo suficiente quedaría fundido por el calor que desprende o inutilizado por las radiaciones electromagnéticas o de otro tipo que emite.

Pero, pese a las dificultades que entraña, los científicos tratan de conocer mejor al Sol. En este sentido, la Agencia Espacial Europea (ESA) ha firmado un contrato con la empresa británica Astrium UK para lanzar una nave espacial que se ubicará a una distancia próxima al Sol. El objetivo es poner en órbita un satélite para recabar datos sobre el Sol.

La industria británica liderará la producción del satélite, llamado Solar Orbiter (SolO), que tendrá que soportar temperaturas de hasta 500 ºC, ya que alcanzará posiciones más allá del planeta Mercurio. SolO se acercará a 42 millones de kilómetros, una distancia que permitirá a los científicos analizar el flujo de energía procedente del Sol. Además, tomará fotografías y medidas desde la órbita de Mercurio para investigar qué es lo que impulsa el comportamiento de las estrellas.

La misión se diseñó para ampliar el conocimiento sobre la influencia del Sol en su entorno y en especial, sobre cómo el Sol genera y acelera el flujo de partículas en el espacio.

El lanzamiento del satélite está previsto para el año 2017. El proyecto costará unos 300 millones de euros.

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