La lucha de los agricultores africanos para vencer el cambio climático es insuficiente


Ante la desidia política mundial a la hora de detener el avance del cambio climático, los pobres agricultores africanos han de andar poniendo parches a su ya de por sí precario medio de vida. Sus esfuerzos, sin embargo, sirven de poco, alerta un estudio.

Lógicamente, poco puede hacer este David frente a un Goliat que va ganando en fuerza, si bien el estudio ha encontrado que no faltan los intentos por mejorar las duras condiciones que plantean las severas sequías o la erosión, entre otros estragos provocados por el cambio climático. Pero son insuficientes, por lo que será necesario desarrollar técnicas que les permitan seguir subsistiendo en un entorno cada vez más hostil.

Por lo tanto, si bien los agricultores están moviéndose plantando cultivos más resistentes a sequías o de crecimiento más rápido, algo positivo, sus cambios no garantizan escapar de hambrunas y, en general, de la inseguridad alimentaria que constantemente les acecha.

Además del cambio climático, el informe señala como principales problemas las dificultades que encuentran muchos hogares para almacenar el agua de lluvia o para aumentar el uso del estiércol, reduciendo el uso de fertilizantes, así como ampliar los cultivos más resistentes a las sequías. También es importante mejorar la calidad del agua y del suelo, así como combatir la erosión de un modo más eficaz.

El estudio ha sido llevado a cabo por científicos del Centro Mundial Agroforestal de Nairobi, y se basa en los datos obtenidos en una encuesta realizada a 700 hogares en Kenia, Etiopía, Uganda y Tanzania. Su principal objetivo era analizar la reacción de los agricultores ante el impacto del calentamiento global, que trae erosión, menos lluvias y cambios en la duración de las temporadas de cultivo en un contexto difícil por el aumento de la población y la variación de precios.

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