Las empresas, los gobiernos y las personas siguen demandando energía. La sociedad es absolutamente dependiente de la energía y, en particular, de los combustibles fósiles. Consecuencia: el cambio climático. Ahora sabemos que hay que reducir esa demanda energética y usar fuentes de energía limpias para reducir el calentamiento global.
Una de las fuentes de energía renovables son los biocombustibles. Su mayor ventaja es que pueden reemplazar a los combustibles fósiles al tiempo que tienen un balance neutro de carbono, esto es, emiten una cantidad de carbono igual a la absorbida por la materia prima. De este modo, no contribuyen al aumento neto de dióxido de carbono a la atmósfera.
Pero el uso masivo de biocombustibles puede tener, de forma indirecta, otros efectos perjudiciales para el medio ambiente y para el clima. Dedicar grandes extensiones de tierra agrícola a plantaciones de vegetales para elaborar biocombustibles también puede contribuir al calentamiento global, aunque no se emita carbono.
Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) así lo afirman. Han diseñado y analizado un modelo de uso de biocombustibles elaborados a partir de cultivos terrestres para generar el 10% de la energía que consume la humanidad y han llegado a la conclusión de que podría causar que algunas regiones se volvieran más calurosas.
Algunas acciones bienintencionadas pueden tener consecuencias negativas. Se evalúa una nueva fuente de energía, que es más limpia que los hidrocarburos, y se sabe que mejora de modo directo el clima. Sin embargo, hay que ir más allá y considerar otras consecuencias. Es más complicado que lo parece a simple vista.
Indirectamente, los gases de efecto invernadero aumentarían
Los investigadores del MIT consideraron dos escenarios: uno en el que se talan bosques para sembrar cultivos para elaborar biocombustibles y otro donde se mantienen los bosques y se intensifica la productividad agrícola a través del uso de fertilizantes y la irrigación. En ambos casos, las emisiones de gases de efecto invernadero aumentarían.
En el primer caso, se talan bosques, es decir, que hay menos árboles absorbiendo CO2. En el segundo caso, se libera más óxido nitroso proveniente de los fertilizantes.
Por otra parte, las tierras de cultivo reflejan más luz solar, lo que genera un efecto refrescante. Así mismo, los cultivos también absorben carbono. Y, por último, si se usaran más los biocombustibles, se sustituirían fuentes de energía basadas en combustibles fósiles, los mayores emisores de CO2, de modo que se reduciría la acumulación de gases de efecto invernadero.
Mejor usar biocombustibles que combustibles fósiles. Pero hay que tener en cuenta que no se soluciona del todo el problema. El único camino posible es consumir menos energía.