Al hablar del calentamiento global, siempre se tiende a mencionar determinados sectores de actividad, como el transporte o el turismo, por ser uno de los que más emisiones suele emitir y que tienen efectos sobre el cambio climático y el calentamiento global, así como de productos como los plásticos. Sin embargo, hay otras acciones cotidianas que también tienen un importante impacto. Es el caso de las calefacciones. Sin embargo, aquí es posible igualmente reducir las afecciones nocivas. Ahora, se ha puesto de manifiesto que las plantas centralizadas de calefacción solar pueden ayudar considerablemente a reducir el calentamiento global.
Los beneficios
Este menor impacto en el cambio climático se notaría con el empleo de plantas centralizadas de calefacción solar y con almacenamiento de energía térmica. Un sistema que, además, precisa de la instalación de colectores solares y de tanques para almacenar agua caliente que pueden estar bajo tierra para que se guarde con tan solo pequeñas pérdidas de calor. También es preciso realizar una adecuada gestión del sistema de calefacción.
La clave está en que este sistema permite acumular el exceso de energía solar térmica durante el verano para así utilizarlo durante los meses de invierno e, incluso, de otoño en aquellos días más frescos.
Normalmente, se estima que se puede hacer uso hasta febrero o marzo, según el estudio realizado por investigadores del grupo SUSCAPE (Sustainable Computer Arded ProcessEngineering) de la URV, que han analizado el comportamiento de este tipo de plantas en diversas zonas climáticas para ver los beneficios en distintas condiciones. Las pruebas se han hecho en Antenas, Madrid, Berlín y Helsinki, haciendo simulaciones en 1.000 viviendas.
Resultados
Con este sistema, se consigue reducir el impacto ambiental, puesto que se reduce la emisión de gases de efecto invernadero. Los beneficios aún van más allá porque se ha observado un ahorro económico por reducir el uso de gas natural en las calderas, ya que solo se utilizaría cuando ya se haya agotado esta fuente energética.
El estudio también concluye que estas plantas permiten llegar a una fracción de aprovechamiento de energía renovable que supera el 90% en las zonas climáticas que se han analizado. Además, el impacto ambiental se reduce en el 70% en relación al efecto invernadero en comparación con el sistema de calefacción de gas natural.
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