Adaptación de la agricultura al cambio climático en Kenia


A principios de la temporada de lluvias, que se produce normalmente en octubre, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para al Agricultura y la Alimentación) está ayudando a más de cinco mil familias de agricultores de Kenia vulnerables a la sequía. El objetivo es construir terrazas en sus parcelas para conservar el agua de la lluvia para sus cultivos y evitar la erosión de los suelos. También están construyendo embalses sencillos para recoger adecuadamente el agua de lluvia.

A cambio de su trabajo, los agricultores reciben vales para canjear por alimentos o por materiales de construcción para los embalses comunitarios. No siempre la lluvia es beneficiosa para la agricultura y para el suelo. Si se producen aguaceros frecuentes y fuertes, a veces se llevan la fértil capa superior del suelo. El agua se va rápidamente en escorrentías y el lecho de los ríos estacionales queda seco la mayor parte del resto del año.

La construcción de terrazas y embalses puede romper este ciclo hídrico. Son actividades que pueden ayudar a los agricultores a resistir y a recuperarse rápidamente, según explica Dan Rugabira, representante de la FAO en Kenia. Al fortalecer la capacidad de recuperación de los agricultores frente al cambio climático, los ayudamos a evitar las crisis del futuro.

Las reservas de semillas de la región están prácticamente agotadas. Los precios de los alimentos suben, así como el de los combustibles, lo que ejerce una terrible presión sobre los agricultores y obliga a las familias a reducir su consumo diario de alimentos o a vender su ganado.

La situación de los cultivos y de los alimentos en el oriente de Kenia, aunque es difícil, no es tan desesperada como en otras partes del país o en Somalia. Por eso, este tipo de proyectos es tan decisivo ahora. Se distribuyen vales a las familias, que pueden canjear por artículos básicos para el hogar o alimentos, al tiempo que se construye la infraestructura indispensable para fortalecer su resiliencia, para adaptarse a una temporada seca, de sequía duradera.

Así, se forman grupos de trabajo en las escuelas de campo para que los agricultores pueden preparar sus tierras a tiempo para las lluvias y tener más posibilidades de recoger mejores cosechas, especialmente si siembran cultivos más adecuados a un entorno árido. La FAO y sus colaboradores también ayudan a los agricultores a construir represas sencillas de arena en los lechos de los ríos cercanos, a fin de recoger y conservar el agua para utilizarla en los cultivos y en el hogar. De este modo se reducen las jornadas que se dedican a la recogida de agua.

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