Australia sufre olas de calor más fuertes y duraderas


El clima de Australia siempre ha sido relativamente extremo. Pero, en el futuro, debido al cambio climático, lo será más. Según un reciente estudio, el calentamiento global ha multiplicado por cinco las probabilidades de que en dicho país se produzcan veranos extremadamente calurosos. El trabajo ha sido elaborado por científicos de la Universidad de Melbourne.

Según el estudio, las actividades humanas, en especial, la emisión de gases de efecto invernadero por la quema de combustibles fósiles, provocarán, al menos, la mitad de ese aumento de temperaturas extremas. El estudio ha sido publicado en la revista American Geophysical Union y para su elaboración se han utilizado observaciones del clima y más de noventa simulaciones de modelos climáticos.

Los primeros meses de este 2013 han sido los más calurosos desde que se miden las temperaturas en el país. Los australianos están acostumbrados al alto calor en verano, a la sequía y a los incendios forestales. Como norma general, estos eventos están asociados al fenómeno climático conocido como El Niño. Pero El Niño no se produjo este año y el calor extremo, las inundaciones y los incendios no se esperaban.

Así, según los científicos, el verano extremo no sólo es inusualmente caluroso, sino que ha ocurrido cuando se produce La Niña, que produce veranos más frescos. La investigación demuestra, por tanto, que la variabilidad natural de El Niño-Oscilación del Sur no siempre puede explicar las temperaturas récord.

Incendios asociados


Sophie Lewis, uno de los responsables del estudio, ha advertido que este tipo de veranos extremos serán cada vez más frecuentes y más graves en el futuro, ya que el planeta sigue calentándose. Entre diciembre de 2012 y febrero de 2013, los australianos sufrieron el mes más caluroso en su historia, así como el día más caluroso. Hubo graves incendios forestales en varias regiones. Los medios de comunicación australianos lo llamaron «el verano enojado«.

Otros estudios prevén que el 65% de los veranos serán extremadamente cálidos y más largos, mientras que los otoños serán más cortos. Los niveles de dióxido de carbono continúan aumentando, así que es muy probable que estas predicciones se cumplan.

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