La lucha contra el cambio climático abarca dos frentes, tanto el de la prevención como el de la minimización de sus efectos, que ya empiezan a dejarse sentir en forma de eventos extremos de distinto tipo, como las sequías, las tormentas o las inundaciones.
Limitar o suavizar su impacto en la medida de lo posible, por ello, es una de las más socorridas y, al tiempo, necesarias actuaciones en el área de la agricultura o de las ciudades. En las urbes, precisamente, los parques o bosques pueden ayudar sobremanera en este cometido, según un reciente artículo publicado en la revista Ciencia, editado por la Academia Mexicana de Ciencias.
La cuestión no es nueva, pero reincidir sobre ella significa que, tal y como se hace en este artículo, Bosques urbanos para enfriar las ciudades, de nuevo se remarca la idea de que las ciudades más verdes nos hacen menos vulnerables a los efectos del cambio climático.
Evitan inundaciones
Las zonas boscosas son «espacios únicos en la metrópoli, donde el agua de lluvia puede absorberse sin escurrir, evitando inundaciones». También regulan las temperaturas en su ecosistema y reducen la polución (actúan de sumideros de carbono y mejoran el bienestar de la población), explican sus autores, Arturo Curiel Ballesteros y Josué Díaz Vázquez.
Igualmente, ambos expertos apuntaron que las urbes en México no reúnen condiciones al respecto, por lo que «están lejos de ofrecer seguridad ante el cambio climático, al ser asentamientos que presentan un alto grado de vulnerabilidad».
Es sabido que México no es una ciudad ejemplar en la existencia de áreas verdes, pero hay otras muchas, infinidad de ciudades que también deberían tomar nota al respecto. Además, por suerte, el urbanismo con un efoque verde repercute en otros muchos aspectos de la vida de la población de forma increíblemente positiva. Un buen camino que emprender, todo un reto, sin duda.
excelente articulo esto debe ser una ley