Cadáveres encontrados en el deshielo


El cambio climático puede traer algunas sorpresas. Debido al deshielo que está ocurriendo en muchas partes del planeta, se descubren objetos o seres vivos que llevaban varios años sepultados en la nieve. Algunos de estos descubrimientos son cadáveres de personas que murieron en accidentes de avión o en excursiones a las cimas más altas del mundo.

A unos 25 kilómetros de La Paz, la capital boliviana, se encuentra el Huayna Potosí, una cima de más de 6.000 metros de altitud. En esta montaña cubierta por un glaciar, se han encontrado fuselajes de avión abollados, así como trozos de alas y de hélices con décadas de antigüedad. En noviembre de 2010, se encontró el cadáver congelado de Rafael Benjamín Pabón, un piloto de 27 años, cuyo avión Douglas DC-6 se estrelló en la montaña en 1990.

Encontró el cadáver Eulalio González, de 49 años. Decidió bajar de la montaña cargando el cuerpo momificado del piloto. Cuando lo encontró, aún estaba sentado en su asiento con el cinturón de seguridad puesto, echado hacia adelante. El montañero no duda de que hay más momias heladas en la zona. En unos años, el deshielo los mostrará.

Pero no se trata de un caso aislado. Se han descubierto diversos objetos y personas durante los últimos años en los glaciares y las montañas nevadas de todo el mundo. El calentamiento global derrite la nieve y el hielo y aparece lo que ha estado sepultado durante años. Los cuerpos aparecidos han sufrido un proceso de momificación natural y se encuentran en un perfecto estado de conservación. De este modo, se pueden usar para desentrañar los misterios del cambio climático o la causa de su propia muerte.

A finales de la década de los noventa del siglo pasado, montañeros de Los Andes encontraron, en el volcán Tupungato, partes del avión Star Dust, un avión que se hizo famoso porque, según se decía, había desaparecido con un cargamento de oro en 1947. No se encontró ni rastro del oro, pero sí un torso perfectamente conservado, así como una mano con uñas arregladas en punta, a la moda del Londres de los cuarenta del siglo XX.

Otros descubrimientos datan de épocas mucho más lejanas. Por ejemplo, tres momias infantiles incas que se encontraron en el volcán nevado Llullaillaco, en Argentina, o un hombre de hielo de 550 años de antigüedad descubierto en la Columbia Británica. Son hallazgos que pueden ofrecer pistas para comprender la historia de la migración humana, la dieta, la salud o los orígenes étnicos.

Lamentablemente, este tipo de hallazgos seguirán apareciendo durante mucho tiempo, ya que, por el momento, no parece que el calentamiento global vaya a detenerse.

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