Se ha elaborado un nuevo estudio científico sobre los albatros errantes, una de las aves más grandes del planeta que habita en el Ártico. En dicho estudio se ha demostrado que algunas de estas aves se están reproduciendo mucho antes (a principio de la temporada reproductiva) que hace treinta años. Tal vez el cambio climático afecta su comportamiento reproductivo.
El informe se ha publicado en la revista online Oikos. Ha sido un trabajo de un equipo británico de científicos. Estudiaron los hábitos de reproducción de esta especie de albatros en la isla subantártica de Georgia del Sur y se descubrió que las aves están poniendo sus huevos antes, de modo que la fecha de puesta de la población se adelanta, de media, 2,2 días en comparación con el comportamiento de hace unos años.
Los investigadores han señalado, en todo caso, que las razones para el cambio no están del todo claras. La autora principal del estudio, la doctora Sue Lewis, de la Universidad de Edimburgo, de la Escuela de Ciencias Biológicas, no se ha sentido sorprendida por los resultados. Cada año se puede determinar cuando las aves regresan a la isla después de la migración y el día exacto en que ponen sus huevos. Ya se sabía que algunas aves estaban poniendo antes (las que eran mayores o habían cambiado hace poco de pareja), pero ahora se ha constatado que las que no se reprodujeron con éxito en la pasada temporada también adelantan la puesta.
Los investigadores han estudiado más de treinta años de datos de estas aves situadas cerca de la estación de investigación del British Antarctic Survey en la conocida como Isla de las Aves (una zona de Georgia del Sur). Los sitios de anidación fueron controlados a diario durante el periodo anterior a la puesta, la incubación y posteriormente, de modo que se se pudieron documentar perfectamente los patrones de reproducción.
El número de albatros errante en Georgia del Sur ha estado disminuyendo constantemente, en parte porque las aves se tragan los anzuelos en los palangres de los buques pesqueros y se ahogan. A pesar de un reciente aumento en el éxito reproductivo en los últimos veinte años, el número de aves en la citada isla se ha reducido en más del 50% desde la década de los sesenta del siglo pasado y, en la actualidad, sólo quedan de 1.700 a 1.800 parejas reproductoras.