El rendimiento de los cultivos se ve afectado por el calentamiento global a consecuencia del aumento de las temperaturas. Olas de calor acompañadas de largos periodos de sequía provocan grandes estragos y pérdidas millonarias en cada año en numerosas regiones del mundo. ¿Pero, qué provoca este desastre? Según un nuevo estudio de la Universidad de Queensland, el menor rendimiento lo trae un mayor uso del agua, y no el calor en sí.
En realidad es algo sencillo, pero la ciencia no había reparado en ello todavía. De acuerdo con las conclusiones de Graeme Hammer, líder de la investigación, no existe una relación directa entre calentamiento global y descenso de la producción.
Las pérdidas de rendimiento no han de atribuirse directamente, pues, a los aumentos de la temperatura. Si queremos ser más precisos, habría que decir es que el aumento de la evaporación de agua, acusado por una demanda inusual de agua por parte de la planta, lo que finalmente provoca una importante pérdida de cosechas.
Estrés hídrico
Lógicamente, la pérdida de agua la ocasionan las elevadas temperaturas, pero la sequía en sí necesita de esa exigencia de agua como requisito para llegar a esa debacle productiva. En concreto, no sería un estrés hídrico provocado en la planta por el aumento de la temperatura, sino algo un tanto más complejo.
Nuestros modelos de computadora son capaces de separar los mecanismos y explicar lo que realmente está pasando. El aumento de las temperaturas significa mayor demanda de agua y un uso mayor de agua por el estrés, requiriéndose más agua durante el ciclo de vida del cultivo.
Una buena analogía humana sería imaginar a alguien de pie en un desierto. Se podría empezar a sudar más por el aumento de la temperatura y agotar más rápido las reservas de agua. Es un concepto relativamente simple, pero que ha sido pasado por alto hasta ahora.
Gracias a estos hallazgos se afina más y mejor en la predicción de los efectos del calentamiento global en la disminución de las cosechas. Su análisis se realiza mediante modelos informáticos.