A pesar de las imágenes que, tomadas desde los satélites de la NASA, mostraban el rápido deshielo de la capa superficial de Groenlandia, imágenes que han aparecido en medios científicos y de ecología de todo el mundo, la situación no es tan grave, según científicos daneses.
Según estos científicos, el actual adelgazamiento de la capa de hielo de la isla se detendrá en unos ocho años. Por tanto, aún no se ha alcanzado el temido punto de no retorno, el momento en el que el cambio climático será irreversible por muchas acciones que lleva a cabo el ser humano, incluso si no quema ni una gota de combustibles fósiles.
Con todo, la situación de deshielo en Groenlandia no tiene precedentes en los últimos 150 años. De ahí que algunos expertos y medios de comunicación (que normalmente tienden a exagerar las cosas para que la noticia sea más impactante) proclamaran sin dudarlo que habíamos llegado al «punto de no retorno».
En cualquier caso, tampoco parece que los avisos de los expertos influyan mucho en las decisiones políticas o en el comportamiento de la mayoría de los ciudadanos. Ya en 2007, científicos de la ONU avisaron de que un derretimiento parcial del hielo de Groenlandia y el Antártico occidental provocaría un aumento del nivel del mar, inundando ciudades costeras. El aviso no consiguió cambiar el uso masivo de hidrocarburos y el cambio climático sigue su curso.
El equipo de investigadores daneses ha demostrado que no es la primera vez en la historia reciente que la capa de hielo de Groenlandia adelgaza para, después, estabilizarse. Ha ocurrido dos veces desde 1980.
Pero, al fin y al cabo, lo importante no es si hemos o no llegado al temido punto de inflexión. Lo esencial es que 240.000 millones de toneladas de agua se desprenden de la capa de hielo y se incorporan a los océanos. Lo importante es que el cambio climático existe pero no estamos haciendo (casi) nada por evitarlo. Lo triste es que, si no hemos llegado al «punto de no retorno», no hay duda de que llegaremos tarde o temprano.