En la región conocida como Cuerno de África, que estrictamente lo componen los países de Somalia, Yibuti, Eritrea y Etiopía, pero que se puede ampliar a Kenia y Sudán, se está produciendo una catástrofe alimentaria histórica, una hambruna debida, principalmente, a una persistente sequía que está afectando a la mayor parte de la población. La situación es desesperada. ¿Es culpa del cambio climático?
La respuesta no es fácil. Y no se puede simplificar con un sí o un no. El problema climático global no es el único factor que influye en la terrible situación. Además, no es la primera vez que la región sufre un desastre como el actual. La pregunta que habría que hacerse sería, quizá, ¿la hambruna es mayor a causa del cambio climático?
La situación que se está viviendo en el Cuerno de África se ha estado gestando durante años. Ya son dos años consecutivos en los que no se ha producido la temporada de lluvias. Este cambio puede perpetuarse y agravarse con el tiempo. En Etiopía, por ejemplo, se ha comprobado que hace años las sequías se producían cada seis u ocho años, mientras que ahora se producen cada año o cada dos años.
La temperatura media anual también aumenta lenta pero inexorablemente. Desde 1960 hasta 2006, la temperatura media anual en Kenia aumentó en 1 ºC, mientras que en Etiopía lo hizo en 1,3 ºC. Se espera que, en las últimas décadas del siglo, la temperatura media aumente en la región, si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, entre 3 y 4 ºC. Esta cifra, en una zona ya de por sí desértica, puede resultar terrible. En cuanto a las precipitaciones, parece que están disminuyendo desde 1980, aunque este dato no está tan claro.
Así, no se puede afirmar que el cambio climático produzca la sequía (y la consiguiente hambruna) en esta región (sobre todo, por la falta de datos fiables), pero sí que aumenta en gran medida las probabilidades de que se produzca. Además, se espera que tanto sequía como inundaciones y otros desastres climatológicos sean más frecuentes en los próximos años.
En todo caso, nunca hay que olvidar algo: la sequía es causada por la falta de lluvia (e, indirectamente, por el cambio climático), pero el hambre es culpa del hombre.