Desde finales de 2012 se suceden los desastres climáticos extremos: primero, el huracán Sandy, y después las inundaciones en Reino Unido, la ola frío en China que ha batido récords… Y parece que este recién comenzado 2013 no va a ser mejor. En Brasil, se han producido terribles inundaciones.
Al menos, tres personas han muerto por dichas inundaciones. Otras dos han desaparecido. Se calcula que hay 200.000 afectados en ocho municipios del estado de Río de Janeiro. Las predicciones meteorológicas anuncian más lluvias.
Uno de los fallecidos ha sido un niño de nueve años. De los ocho desaparecidos al comenzar las tormentas, han aparecido cinco, pertenecientes a una misma familia. Otra también fue finalmente hallada.
El otro fallecido fue arrastrado por una tromba de agua en el municipio de Xerem, el más afectado, en la zona norte del estado de Río de Janeiro. En Xerem, sólo el jueves cayeron 212 milímetros de agua por metro cuadrado en sólo 24 horas, más de la mitad de lo que llueve en todo un mes. Allí, cuatro ríos se han desbordado y un puente se derrumbó, incapaz de aguantar la embestida del agua. Un hombre de 49 años murió porque un árbol cayó sobre él. Las autoridades han lanzado alertas por deslizamientos de tierra en la región montañosa.
Casas demasiado cerca de los ríos
Los miles de personas que se han quedado sin hogar o se encontraban en zona de riesgo fueron llevadas a instalaciones municipales, escuelas e iglesias. Algunas de las casas que han quedado destruidas estaban demasiado cerca de los ríos. Los bomberos se trasladaron a las regiones montañosas de Petrópolis, Teresópolis y Nova Friburgo, las más afectadas y de difícil acceso.
Antes de estas lluvias torrenciales, durante dos semanas, Río había registrado las temperaturas más elevadas desde 1915, llegando a los 40 ºC. En enero de 2010, lluvias torrenciales se saldaron con casi un millar muertos y 400.000 damnificados.