La isla sur de Japón, Kyushu, está recibiendo intensas lluvias. De momento, han provocado casi dos decenas de muertos y otros tantos desaparecidos. Las autoridades se han visto obligadas a evacuar a más de 20.000 personas en algunas regiones, principalmente, en la provincia de Kumamoto, donde los desprendimientos de tierra están sembrando el pánico entre la población y destruyendo muchas casas.
En otra provincia, Oita, un hombre falleció al ser arrastrado por las aguas crecidas de un río y otro permanece desaparecido. Ante la fuerza de las lluvias, los equipos de emergencia han tenido que emplear helicópteros para rescatar a los que han quedado atrapados en zonas anegadas por las crecidas de ríos y canales.
Las lluvias en esas dos provincias han alcanzado una intensidad «sin precedentes», según la calificación que ha expresado la Agencia Meteorológica de Japón. Así mismo, ha añadido que algunas ciudades acumularon hasta 500 milímetros de agua en apenas doce horas.
Las lluvias se han debilitado en las últimas horas, pero la agencia meteorológica sigue manteniendo la alerta máxima en nueve provincias del centro y sur del país. Además, ha advertido de que puede llegar un nuevo frente tormentoso a Kyushu mañana que podría dejar 200 milímetros de precipitaciones en la isla.
En la ciudad de Aso, los deslizamientos de tierra enterraron diecisiete casas y mataron, al menos, a otras tantas personas. Hay cinco personas desaparecidas. El suministro de agua fue interrumpido en más de trescientas casas y lo mismo ocurrió en una localidad vecina, Minamiaso.
La empresa Kyushu Railway suspendió temporalmente los servicios del tren bala en la línea de Kyushu Shinkansen entre Kagoshima Kumamoto y las estaciones de Chuo. Los torrentes de agua han inundado barrios enteros, arrancado árboles de raíz y ríos que se han desbordado en la isla principal de Kyushu, las más afectada por las lluvias torrenciales.
Las calles en la ciudad de Kumamoto se encuentran cubiertas de barro, mientras que los coches han sido arrastrados por el agua. Es inevitable recordar el tsunami ocurrido en marzo de 2011, en ese caso, en el noreste de Japón.