La Rioja, Extremadura y Castilla y León, las regiones que más CO2 fijan


La comunidad autónoma de Castilla y León, en España, se está convirtiendo en la región que más dióxido de carbono absorbe gracias al aumento de su superficie forestal. Castilla y León limpia España de CO2 y ayuda a mitigar así los efectos del cambio climático.

Esta comunidad autónoma tiene un 60% más de superficie arbolada que hace cuarenta años. Un informe elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino y la Fundación Biodiversidad concluye que la masa forestal de Castilla y León permite fijar casi el 42% del dióxido de carbono emitido (siendo así la tercera zona en hacer esta importante función, sólo por detrás de La Rioja, cuyos bosques asumieron un 54,9%, y Extremadura, que lo hicieron en un 44,9%).

En algunas de las restantes comunidades autónomas, la fijación de carbono no supera el 10% de las emisiones. Por ejemplo, en la Comunidad Valenciana (2,4%), la Comunidad de Madrid (4,5%) o Andalucía (5,9%). La media en todo el territorio español es de una cantidad neta de fijación de CO2 del 14%.

Este documento, elaborado por el Observatorio de la Sostenibilidad en España, se desprende también que Castilla y León es una tres comunidades que menos gases de efecto invernadero emite a la atmósfera. El informe, además, alerta de la pérdida de superficie forestal en detrimento del desarrollo urbano. También analiza la disminución de superficies agrícolas. El abandono de los aprovechamientos agrícolas afectó principalmente a tierras de labor en secano, siendo el destino final de estos suelos el matorral boscoso de transición y los bosques de frondosas. Castilla y León, con el 23%, es junto a Andalucía (28%) y Extremadura (20%), una de las comunidades que presenta mayor proporción de tierras agrícolas perdidas.

La silvicultura y la industria forestal cuentan con un potencial de recursos forestales renovables que es preciso fomentar y gestionar. La conservación de los bosques debe estar ligada a su gestión, para asegurar su mantenimiento, y las medidas de política forestal deben estar dirigidas a comunidades rurales que gestionan los bosques.

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