Los grandes embalses alteran el clima


Los humanos hemos alterado el planeta durante siglos. Las grandes infraestructuras, como embalses y grandes presas, han modificado los ecosistemas circundantes. Pero, según una última investigación, hacen mucho más: alteran el equilibrio climático de la Tierra. En concreto, las grandes balsas de agua artificialmente creadas pro el ser humano pueden incrementar la intensidad de las lluvias y afectar las defensas contra las inundaciones.

Un equipo internacional de científicos ha estudiado el caso chileno y ha encontrado que los patrones de lluvia en las cercanías de las grandes presas construidas artificialmente son más intensos que en otras regiones similares.

El estudio se publicará en la revista Hydrology y considera que el exceso de precipitaciones podría afectar a las defensas que se construyen para prevenir los efectos de las inundaciones, ya que no tienen en cuenta este factor. Los patrones climáticos varían debido al aumento de la cantidad de agua que se evapora. Pero las defensas se diseñan midiendo las condiciones climáticas antes de construir las grandes infraestructuras.

Otros estudios señalan que existen patrones de circulación de aire en la atmósfera sobre los límites de estas grandes extensiones de agua y tierra, que producirían tormentas y lluvias.

Riesgo de inundaciones

El impacto puede ser alto, como demuestra un estudio que indica que las precipitaciones han aumentado un 4% por año después de construir un embalse. Se han dado casos en los que los ingenieros fueron despedidos por las empresas constructoras porque se produjeron inundaciones. Pero, en realidad, lo que ocurrió es que el clima cambió. Un cambio climático, no global, sino regional.

Investigadores de la Universidad de Talca, en el sur de Chile, han analizado la información de cincuenta pluviómetros situados cerca de grandes presas de agua, en regiones con diferente clima, desde zonas con cero milímetros de lluvia hasta regiones con 4.500 mm. La mayor intensidad de precipitaciones se registró en las estaciones ubicadas cerca de las concentraciones de agua, especialmente en los lugares de clima más seco. Además, encontraron que, cuanto más grande es la masa de agua, más grande es su efecto sobre el clima.

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