En muchas ocasiones (o siempre), el respeto por el medio ambiente, en general, y la mitigación del cambio climático, en particular, beneficia también a la economía. Cuidar el planeta es un buen negocio. Y de ello se han dado cuenta los avispados expertos financieros, los que deciden en qué empresas y sectores invertir y cuándo hacerlo, los que puntúan la seguridad financiera de un país y pueden hacer que su economía se vaya al traste con un informe.
Luchar contra el cambio climático es un buen negocio, pero, por otra parte, las fenómenos extremos del clima no lo son. Así que están surgiendo empresas, asesores financieros que estudian el asunto e, incluso, asesoran en la compra a futuro dependiendo de los cambios climatológicos. Los tiburones hacen negocio hasta con el mayor problema al que se enfrenta la humanidad en la actualidad.
Movimientos adversos en la temperatura, las precipitaciones, el viento y, en general, todas las variables climáticas pueden generar pérdidas a cualquier empresa o entidad pública. Estas empresas valoran los cambios del clima como un riesgo financiero, independientemente de si la variabilidad es extrema o moderada, una amenaza extendida y permanente sobre el tejido empresarial y productivo de un país, y, después del análisis, aportan soluciones financieras para conseguir una cobertura eficiente en el negocio. En otras palabras, no hay que invertir en países donde se puedan producir terremotos, tsunamis, sequías extremas, inundaciones, lluvias torrenciales, aludes, etc. Lo malo es que, a este ritmo, dentro de unos años no quedará ningún país en el que invertir, pues todos sufrirán alguno de estos fenómenos.
En España, sin ir más lejos, la empresa Bolsas y Mercados Españoles (BME), a través del proyecto BME Clima, quiere, según sus propias palabras, ayudar a las entidades expuestas económicamente al clima. El objetivo es aportar información, datos, y asesoramiento especializado que ayuden a los clientes a concienciarse de sus exposiciones climáticas, analizar el comportamiento histórico y actual de las variables relevantes, así como conocer las soluciones disponibles en los mercados de gestión de riesgo climático.
Negociar con el clima en vez de combatirlo. Aún no se han enterado que el problema es global. Un mercado por explotar, un mercado que, entre 2005 y 2006, generó unos 45.200 millones de dólares, según un informe de la consultora PricewaterhouseCoopers, de los que más de la mitad era, simple y llanamente, especulación.
Mira, esto no de lo cree nadie ya, se os ve el plumero desde todos lados