Investigadores del Instituto Español de Oceonagrafía (IEO), en conlaboración con la Universidad de Oslo y el Instituto de Ciencias Marinas de Leibniz, han publicado en la revista Marine Ecology Progress Series un estudio que demuestra que el efecto de la variación del clima sobre las poblaciones de peces del mar Mediterráneo depende de su estructura demográfica y, por lo tanto, la pesca puede incrementar su sensibilidad ante estas variaciones.
En otras palabras, los efectos de la pesca y el clima sobre las poblaciones de peces no son independientes y no deben estudiarse por separado, como se ha venido haciendo hasta ahora.
El estudio analiza la serie histórica de índices de abundancia, capturas por unidad de esfuerzo pesquero de la población de merluza (Merluccius merluccius), de las islas Baleares desde 1940. Se ha elegido esta serie de datos por ser una de las más largas del Mediterráneo: contiene información periódica sobre las capturas y el esfuerzo pesquero, recopilada en diferentes proyectos de investigación desarrollados en el Centro Oceanográfico de Baleares con la colaboración del sector pesquero.
Los datos demuestran que esta especie se ha caracterizado a lo largo de todas estas décadas por tener un marcado patrón oscilatorio. Se ha analizado utilizando conjuntamente variables hidroclimáticas de la zona del mar Balear y los resultados obtenidos se contrastaron realizando simulaciones de la dinámica de la población.
Los resultados demuestran que las oscilaciones en la abundancia de la merluza en Baleares eran independientes de las variables medioambientales cuando la población no se encontraba sobreexplotada. Esto supone que esta especie ha perdido la capacidad natural de la población de depender de su propia dinámica, es decir, que ha aumentado su sensibilidad a los cambios ambientales. Los cambios climáticos le afectan más.
También se ha descubierto que, en los años ochenta, se produjeron tales cambios en el clima y en las condiciones del medio ambiente marino en el Mediterráneo occidental que causaron un descenso brusco de la población de merluza en las islas Baleares. Esto produjo una población sustentada en individuos juveniles y jóvenes reproductores, y una estructura demográfica muy sensible a las variaciones del clima.