Las emisiones de gases de efecto invernaero generadas hasta el momento bastan para recalentar el planeta de un modo irreversible, aumentando los niveles del mar ahora y en el futuro, hasta llegar al 1,1 metros para el año 3.000, afirma un nuevo estudio.
El trabajo ha sido publicado en la revista Environmental Research Letters, y su conclusión más llamativa es la demostración de que ya nos hemos comprometido a una importante subida del nivel del mar para el próximo siglo a consecuencia de nuestras emisiones.
Los autores del estudio hacen énfasis en «la larga vida útil de los gases de efecto invernadero en la atmósfera», señalando que en ello radica «el verdadero veneno del cambio climático». Pero, además de tener efectos en el nivel del mar, lógicamente, también los tendrá en las capas de hielo.
El informe es el primero que realiza una proyección de la subida del nivel del mar considerando los glaciares, casquetes de hielo, Groenlandia y el hielo antártico junto con la expansión térmica de los océanos, y sus conclusiones no son optimistas.
El hielo tiene todas las papeletas para acabar derritiéndose si no se detienen las emisiones de forma drástica, advierten los autores. El efecto invernadero acabará resultando catastrófico para el equilibrio de los ecosistemas del planeta, por lo que la única opción realista es detener el calentamiento. En palabras de los investigadores, «la humanidad debe limitar la concentración de gases de efecto invernadero hasta el nivel más bajo posible, y hacerlo tan pronto como sea posible. La única opción realista es la reducción radical de las emisiones».
Con un sentido común aplastante afirman que cuanto menor sea el calentamiento final, las consecuencias también serán menos graves. Ojalá sus premisas tengan algún fallo, aunque no lo creo, porque poco puede rebatirse ante una lógica tan aplastante. Sólo queda la acción, que en este caso tiene mucho de abstención.