Los efectos del cambio climático en los ríos no solo se centran en su cantidad de agua o las especies animales y hábitats a su alrededor, sino que también se dejan sentir en otros aspectos. Es el caso de la erosión. Un tema sobre el que la comunidad científica ha debatido durante muchos años. Ahora, un nuevo estudio ahonda en esta idea de que los cambios climáticos globales han obligado a aumentar la tasa de erosión de los ríos en los últimos cinco millones de años.
El estudio
El nuevo estudio tiene en cuenta los datos de una investigación colaborativa realizada por diversas entidades sobre la escarpada cuenca del río Yukón, en América del Norte. En concreto, han participado miembros del Servicio Geológico de Estados Unidos, la Universidad de Vermont y de la Universidad de Purdue.
Los datos de este estudio, publicado recientemente en la revista Nature Geoscience, ponen de manifiesto aumentos profundos de la erosión de los ríos durante la abrupta intensificación global de las fluctuaciones climáticas entre hace un millón y 2,6 millones de años.
De acuerdo con los resultados del estudio, los datos reflejan el primer apoyo definitivo que aumenta el sedimento depositado en los océanos por la erosión de los ríos. Además, coincide con cambios dramáticos en los ciclos glaciales. Precisamente, la capacidad para fechar antiguos depósitos fluviales ha sido el actor determinante que ha permitido seguir esta hipótesis.
El estudio constata así que los valores de isótopos de oxígeno en los sedimentos marinos han tenido fluctuaciones mundiales entre climas fríos y cálidos, siendo de mayor intensidad durante el período temprano del Pleistoceno. Además, se ha observado que las tasas de acumulación de sedimentos en los ríos también aumentaron en ese tiempo.
Partiendo de que los ríos realizan el trabajo de erosión y transporte de sedimentos sobre la mayor parte de la superficie de la Tierra, los científicos han sugerido que los patrones de precipitación global imitan las fluctuaciones climáticas.
Con el fin de probar esta idea, el estudio ha utilizado la historia del paisaje preservada en las prominentes terrazas fluviales del sitio de estudio, antiguas planicies aluviales, que están ubicadas a cientos de metros sobre el río Fortymile, que es un afluente del río Yukón.
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