El ecosistema polar cambia por completo debido al calentamiento global


El calentamiento global está produciendo cambios importantes en los animales que habitan las zonas polares. Pero esos cambios podrían ser mucho más acusados. Las comunidades biológicas podrían cambiar de especies dominantes y las relaciones entre ellas. Así se señala en un artículo publicado en la revista Nature Climate Change.

El cambio climático produce un acusado calentamiento tanto en la Península Antártica como en el Ártico. Este calentamiento podría producir cambios en los tapetes de cianobacterias, que son las comunidades biológicas más importantes en las zonas polares, ya que cubren extensas zonas libres de hielo durante el verano polar y modifican el funcionamiento de los ciclos biogeoquímicos en dichos ambientes.

Estos cambios consistirían en el cambio de especies dominantes y las relaciones entre ellas, aumentando la presencia de especies productoras de toxinas, e intensificándose los intercambios de carbono y nitrógeno entre reservorios vivos e inertes.

Las regiones polares que, durante el verano, están libres de hielo, suelen ser las únicas que presentan agua líquida disponible (sin contar con los océanos). Por tanto, allí, la vida puede prosperar en los cortos veranos polares. Los tapetes microbianos constituyen la mayor biomasa no marina y acumulan la mayor biodiversidad polar.

Se han hecho experimentos en los que los tapetes se mantuvieron durante un periodo de seis meses a diferentes temperaturas, similares a las encontradas en la Antártida y en el Ártico, y a las que se podría llegar en el transcurso de las siguientes décadas según los modelos de cambio climático.

Los resultados obtenidos indican un cambio en las especies que dominaban los tapetes, de manera que a las temperaturas que se espera que haya en las regiones polares durante las próximas décadas, habría un aumento de la diversidad de cianobacterias (los principales formadores de los tapetes microbianos en estas zonas), pero también cambios en la dominancia, con lo que algunas especies dominantes a bajas temperaturas desaparecerían a las temperaturas pronosticadas por los modelos climáticos.

A temperaturas aún más elevadas, algo que no se descarta por completo, la tendencia se invierte, y podría desestabilizarse el sistema hasta el punto de que los tapetes podrían desaparecer.

Estas variaciones en las especies pueden suponer repercusiones sobre el resto de los organismos que habitan estos microecosistemas, como virus, bacterias, protozoos, hongos, gusanos nematodos, tardígrados, todos ellos microscópicos, y que se alimentan de las cianobacterias. Más allá, al tratarse de zonas que desempeñan un importante papel en los ciclos biogeoquímicos globales, podría cambiar todo el clima de la Tierra.

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