El Tratado Antártico


El 23 de junio de 1961, es decir, hace medio siglo, entró en vigor el Tratado Antártico. Este tratado se firmó con el objetivo de regular las relaciones internacionales respecto a la región Antártica, es decir, de todas las tierras y barreras de hielo ubicadas al sur del paralelo 60° sur. El Tratado Antártico fue firmado en Estados Unidos, en primera instancia, por doce países: Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Estados Unidos, Francia, Japón, Noruega, Nueva Zelanda, Reino Unido, Sudáfrica y la Unión Soviética. En todo caso, cualquier miembro perteneciente a la ONU o cualquier país que sea invitado por todos los países signatarios del tratado, puede entrar.

Casi cincuenta estados han firmado el tratado. Aunque sólo veintiocho tienen plenos derechos decisorios. Tiene vigencia indefinida y sólo puede ser modificado por la unanimidad de los miembros consultivos (con derecho a voto). Hay otros acuerdos que forman parte del Sistema del Tratado Antártico, como la Convención para la Conservación de Focas Antárticas o la Convención para la Conservación de Recursos Vivos Marinos Antárticos.

Más tarde, en 1991, se firmó en Madrid el Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente. Entró en vigor en 1998 y designa a la Antártida como una reserva natural dedicada a la paz y a la ciencia. Se regulan, además, los principios básicos aplicables a las actividades humanas en la Antártida y se prohíben todas las actividades relacionadas con los recursos minerales excepto las que tengan fines científicos.

Aprovechando este cincuenta aniversario de la firma del Tratado Antártico, algunos países quieren recordar su valor como unión de algunos países con el objetivo de proteger una región, especialmente desde el punto de vista medioambiental. Los ministros de Asuntos Exteriores de Argentina, Chile y Uruguay señalan a la Antártida como un punto de unión, y no de discordia, entre diferentes estados, algo que raramente se produce en las relaciones internacionales.

Lo importante en la Antártida es la cooperación para el desarrollo de la investigación e el intercambio científicos encaminada esencialmente hacia reducir el impacto ambiental del ser humano sobre la región.

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