Grandes inversores llaman a la acción contra el cambio climático y piden «una economía baja en carbono»


En una carta abierta recién publicada, una coalición de importantes inversores mundiales advierten que los eventos climáticos extremos suponen una seria amenaza para las inversiones y que ello podría acabar afectando seriamente a la economía global.

Choca que los reyes del mambo en esta economía nuestra subida a lomos del barril de petróleo hagan llamamientos de este tipo, pero lo cierto es que aquí lo tenemos. Así pues, bien sea por verle las orejas al lobo o por conciencia ambiental, y me inclino por lo primero, inversores responsables de más de una veintena de billones de dólares en activos se han aliado para hacer este llamamiento.

Además de llamar a la acción a los demás, es decir, al mundo entero, también hay que predicar con el ejemplo, por lo que queda apuntado este detalle que resulta clave a la hora de ser creíble, y que en este caso, algunos cumplen más que otros. Sea como fuere, centrándonos en el contenido de la carta, el grupo llamó al diálogo entre inversores y gobiernos para aplicar verdaderas políticas climáticas y energéticas.

Verdaderas políticas climáticas y energéticas

De este modo, a su juicio estamos jugándonos más de lo que parece con el cambio climático. El todo por el todo, realmente, y por ello hay que actuar con eficacia. En este sentido, no es casual que el llamamiento se haga los días previos a las negociaciones clmáticas de la ONU en Qatar, la 18 Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 18).

Más allá de ese evento, la carta recuerda las advertencias del Banco Mundial sobre el tremendo recalentamiento que va a producir el cambio climático en las próximas décadas, y vuelven a insistir en la necesidad de una concienciación política que no deje lugar a la apatía como conclusión final de la misiva:

Los gobiernos son clave para reducir los graves riesgos, pérdidas y daños que el cambio climático va a causar, y los riesgos asociados a las inversiones y los ahorros de jubilación de millones de personas. Aunque elogiamos a los gobiernos que han implementado políticas de apoyo, se precisa un trabajo extra para descarbonizar las economías y carteras, así como para estimular la inversión privada en soluciones de baja emisión de carbono.

Los inversores institucionales han jugado un papel cada vez más central en la financiación de soluciones enrgéticas de bajo carbono, tanto a nivel privado como público. Así, instamos a las mayores economías del mundo a entrar en un nuevo diálogo con los inversoress – con base en los siete puntos que figuran en esta carta – para acelerar la transición a una economía baja en carbono.

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