Las furgonetas seguirán contaminando en Europa


El Parlamento Europeo está debatiendo la aprobación de unos estándares suavizados sobre eficiencia energética y emisión de dióxido de carbono, el gas máximo responsable del cambio climático, relativos a furgonetas (vehículos comerciales ligeros, en la denominación técnica). Para el grupo de defensa del medio ambiente Ecologistas en Acción se va a perder, una vez más, la ocasión de liderar una mayor eficiencia en el uso de combustible en el transporte, algo que hubiera beneficiado a todo el sector industrial europeo.

La ley definitiva, acordada a puerta cerrada en diciembre de 2010 por representantes de las tres instituciones legislativas europeas, está destinada a que las furgonetas nuevas vendidas en la Unión Europea emitan 175 gramos de CO2 por kilómetro para 2017 y 147 g CO2/km para 2020. La proposición original de la Comisión Europea era, para 2020, de 135 g CO2/km, pero fue rebajada por la enorme presión de los fabricantes de vehículos.

Los fabricantes de vehículos se pasaron la mayor parte del año 2010 afirmando que su industria estaba en crisis económica y que mejorar la eficiencia energética de las furgonetas al ritmo necesario sería prohibitivamente caro. Que iban a perder dinero, que iban a recortar empleos, en fin, lo de siempre. Sin embargo, respecto al impacto económico, Volkswagen Commercial Vehicles informó tan sólo hace un mes, que las ventas globales habían aumentado en 2010. «Tras la gran crisis de 2009 y el declive asociado de los mercados, estamos regresando al nivel de ventas de 2007 y 2008», han señalado en una nota de prensa. Pero ya se sabe, la crisis es ahora la excusa para cualquier medida indefendible.

Sobre los costes de mejorar la eficiencia y reducir las emisiones, una investigación llevada a cabo para Transport and Environment (T&E, organización a la que pertenece la propia Ecologistas en Acción) por TNO/CE Delft mostró que, simplemente volviendo a la potencia de los motores de 1997, los costes energéticos y las emisiones de CO2 se reducirían en un 16%, los costes de la compra de vehículos en un 10% y el coste total de la posesión en un 12%. Así mismo, los cambios requeridos podrían introducirse rápidamente a los modelos existentes. En resumen, el coste de comprar y conducir furgonetas se reduciría en vez de incrementarse.

Para Ecologistas en Acción, debido a que las emisiones de CO2 y la eficiencia energética están directamente relacionadas, si los estándares de emisión de las furgonetas son débiles, éstas utilizarán más combustible. Y el combustible constituye un gasto muy importante para aquellos pequeños negocios que dependen de las furgonetas para llevar a cabo sus operaciones. En definitiva, a la larga, los autónomos y los pequeños empresarios gastarán más dinero en la compra de combustible y, además, contribuirán al cambio climático. Pero, claro, la crisis…

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